No sé vosotros, pero yo soy una enamorada de las lasañas, de todo tipo. Me gusta hacerlas con láminas de pasta y rellena de carne o verduras. Mi preferida es la de espinacas con un poquito de bechamel casera. Pero también me encantan las lasañas en las que las láminas son verduras, tipo berenjena o calabacín.
Es un plato comodín y es muy fácil de preparar, en medidas más acotadas o para un batallón. Se puede preparar de un día para otro p incluso congelar, por lo que se puede preparar en cantidad y tener comida para varios días o semanas. ¡A tope el mealprep!
La versión de hoy es veggie a tope, pues tiene un relleno de soja texturizada y láminas de calabacín. Es una opción muy saludable e ideal para el día a día. Es una comida vistosa, llamativa y muy sabrosa, por lo que tu tupper va a ser la envidia de todos. Con recetas así reenfocamos los malos hábitos alimenticios a la vez que disfrutamos de la comida.
También podéis rellenarla de hortalizas o queso o modificar ingredientes de la receta a vuestro gusto. De igual forma podríais sustituir las láminas de calabacín por berenjena. Es una receta perfecta para practicar «cocina de aprovechamiento», pues podemos personalizarla según nos convenga para dar salida a algún producto que se esté quedando atrasado en la nevera o en la despensa.
Tiempo total: 60 min
Raciones: 2 personas
Dificultad: Baja
Ingredientes:
- 2 calabacines
- 200 gr carne soja texturizada
- 1 cebolla
- Salsa de tomate casera (necesitaréis entre 10 y 12 tomates pelados naturales, aquí os dejo la receta)
- Especias al gusto
- 1 y 1/2 mozzarella fresca (opcional) u otro queso o nada
Elaboración:
Paso 1:
Empezaremos cortando en láminas los calabacines, podéis hacerlo con una mandolina, un pelador o con un cuchillo, lo que os vaya mejor. No las hagáis demasiado finas, pues nos interesa que tenga algo de grosor para que destaque sobre el relleno. Además, hay que tener en cuenta que en el horno se van a reducir al cocerlas.
Antes de montar la lasaña, cocinaremos un poco el calabacín para que no suelte demasiada agua. Os daré dos formas de hacerlo. Por un lado, podéis pasarlo por la plancha hasta que se dore ligeramente. Por otra podéis ponerlo al horno, en una bandeja con papel vegetal, y un chorrito de aceite, entre 20-30 min o hasta que estén un poco blandas. En cualquiera de los dos casos, os recomiendo antes cubrir las láminas crudas en sal gorda, para que chupe parte de la humedad y luego no nos quede una lasaña aguada. También, tras cocerlas con cualquier de los dos métodos, os recomiendo dejarlas sobre un plato con papel de cocina y que termine de chupar el exceso de líquido.
Paso 2:
Mientras se cocina el calabacín, picaremos o trituraremos los tomates para preparar la salsa. Lo pondremos en una olla o cazo, tapado, y cocinaremos entre 20-30 min hasta que esté bien cocido. Iremos ajustando de sal y azúcar. Podéis ver más en detalle el paso a paso en la receta que os dejo en los ingredientes.
Paso 3:
Al mismo tiempo, en una sartén a parte, picaremos la cebolla y la sofreiremos. Primero le daremos un golpe fuerte de calor y cuando empiece a estar dorada iremos agregando agua de forma constante, a medida que la consuma, para que se caramelice un poco. En paralelo, calentaremos agua y cuando esté caliente la verteremos sobre la soja texturizada hasta cubrir. Dejaremos reposar hasta que se hidrate. Puede tardar entre 20 y 30 min, o hasta que chaféis un grano y esté blando.
Cuando la cebolla ya esté cocida y la soja hidratada, lo mezclaremos todo en la sartén para sofreírlo de forma conjunta. Agregaremos las especies que más nos gusten, yo usé romero, orégano y albahaca. Corregiremos también de sal.
Paso 4:
Cuando tengamos las láminas de calabacín cocidas, la salsa de tomate cocinada y el sofrito de cebolla y soja listo podremos empezar a montar la lasaña. Empezaremos poniendo una capa de calabacín en el fondo de la fuente y cubriremos con una capa de sofrito y otra de salsa de tomate. Cubriremos con una capa de queso mozzarella fresca a rodajas. Taparemos con una nueva capa de calabacín y repetiremos con el resto de capas hasta acabar con todos los ingredientes. Podéis acabar con una capa de calabacín y añadir un poco de parmesano u otro queso de vuestro gusto encima, o finalizar con mozzarella para que se derrita al ponerlo en el horno.
Cuando tengamos la última capa nos lo llevaremos de nuevo al horno, en modo gratinar, durante unos 5-10 min o hasta que se dore la capa superior.
Podemos consumirla recién sacada del horno, pero también podemos consumirla al día siguiente o incluso congelarla. Si la guardáis en un recipiente hermético en la nevera (¡una vez haya enfriado!) os puede aguantar hasta 3 días.
¿Qué te ha parecido la receta?
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