Este blog está lleno de «reinvenciones», pero la de hoy creo que es una de las más divertidas y originales que he hecho. Ya lo habéis visto en el título, pero creo que es necesario repetirlo: ¡un TIRAMISÚ DE OREO!
Con el éxito que tuvieron los mini cheesecakes de Oreo, que desbancan cualquier otra receta desde que os la compartiera, cuando me topé con esta receta sabía que tenía que traérosla. El tiramisú es uno de mis postres preferidos en el mundo, junto con la crema catalana. También es el postre preferido de mi padre, y el único que le gusta, así que para cualquier celebración lo preparamos en casa, buscamos cualquier excusa para comerlo. Pero también debo reconocer que las Oreo me parecen toda una genialidad como galleta. No las como habitualmente, pero darse el capricho de vez en cuando, pues oye…
Es un postre muy sencillo, con muy pocos ingredientes al alcance de todo el mundo y, lo más importante, ¡sin horno! Ahora que ya se acerca el verano y el calor es una receta genial para comer bien fresquita.
Si os gusta el tiramisú, y las Oreos claro, tenéis que probar sí o sí esta delicia. Y sí, se ve un poco como la torre de Pisa, pero son cosas del directo. Quise hacerle una foto antes de llevarlo a la nevera y con el calor de los focos se empezó a derretir y a tumbarse. Lo intenté llevar rápido a enfriar, pero no lo conseguí ¡Pero el sabor es el mismo, así que lo disfrutamos muchísimo igualmente! Un tip, si lo hacéis «cuadrado», es decir que no intentáis hacer una forma circular como yo donde no todas las galletas quedan exactamente en el mismo lugar y no toda la crema se apoya en las galletas, no os pasará. Aquí os dejo la referencia de «Cocina para todos» para que veáis lo que os quiero decir, ¡y para agradecerle la genial idea de crear esta versión de Tiramisú tan original y deliciosaaaa!
Tiempo total: 45 min
Raciones: 1 tarta
Dificultad: Baja
Ingredientes:
- 3 yemas de huevo
- 60 gr azúcar blanco
- 1 cdita esencia de vainilla
- 250 gr queso Mascarpone
- 200 ml nata para montar
- 30-40 galletas Oreo
- 100 ml café (aproximadamente). Puede ser descafeinado si lo van a comer niños
- Cacao para espolvorear
Elaboración:
Paso 1:
Primero de todo, separaremos las yemas de las claras. Pondremos las primeras en un bol no demasiado grande, junto con 30 gr del total del azúcar (reservamos la otra mitad) y la cdita de esencia de vainilla. Batiremos con unas varillas de mano durante 2 min, para que se integre muy bien y empiece a coger textura.
En este punto, nos lo llevaremos al fuego al baño maría. Calentaremos una olla o cazo con 3 o 4 dedos de agua o lo necesario para que el agua no esté en contacto con el bol. Podéis ir probando y comprobar cuándo no se moja. Llevaremos el agua a ebullición y cuando hierva pondremos el bol encima y removeremos con unas varillas de mano de forma enérgica durante unos 5 min. Veremos que la mezcla se ha vuelto muy blanquinosa y que tiene textura y consistencia, incluso ha aumentado un poco de tamaño. Así estará perfecta. La retiraremos del fuego.
Paso 2:
En otro bol más grande pondremos el mascarpone y lo batiremos 30 o 40 seg con unas varillas eléctricas para volverlo más cremoso. Es muy importante que esté bien frío, recién sacado de la nevera. Por encima verteremos la crema de huevo del punto anterior, que estará caliente, así que debemos batir sin parar y a velocidad media para que se vaya enfriando junto al mascarpone. Cuando veamos que está bien integrado, un par de minutos, dejaremos de batir y lo reservaremos.
Paso 3:
En un cuenco a parte pondremos toda la nata y la empezaremos a batir con unas varillas eléctricas, a media potencia. Cuando veamos que empieza a espumar, a medio montar, le agregamos la otra mitad del azúcar de la receta que teníamos reservado y terminamos de montarlo por completo, hasta ver surcos profundos.
Paso 4:
Verteremos toda la nata sobre la mezcla de mascarpone que teníamos reservada y la integraremos con una espátula y movimientos envolventes y muy suaves. No queremos perder el aire y montado de la nata, pues es lo que nos va a dar consistencia al montar la tarta. En un par de minutos deberíamos tenerlo. Trasladamos con suavidad la mezcla a una manga pastelera con una boquilla redonda y llevaremos la manga a la nevera unos 5 min, pues hemos toqueteado mucho la masa y para que se atempere un poco.
Si no tenéis manga o no queréis usarla, no hay problema. Simplemente podéis repartir con una espátula o cuchara la mezcla cremosa sobre las galletas Oreo.
Paso 5:
Llega el momento de montar la tarta. Primero de todo mojaremos las galletas en café (que debe estar frío, así que preparadlo el día de antes o un rato antes de empezar la receta) y las vamos colocando en el plato o bandeja donde quedamos montar la tarta. Mi base tenía 7 galletas y me salieron 4 pisos. Si hacéis una base más grande, seguramente os de para solo 2 pisos, calculad el relleno que tenéis. Escurrid las galletas antes de ponerlas en el plato, para evitar mojar la crema y soltar líquido.
Cuando tengamos la primera base, cubriremos con crema. En este caso, como es decía arriba, lo monté con una manga pastelera haciendo como copetitos. Después cubrí con otra capa de galletas bañadas en café y así sucesivamente hasta acabar con una capa de crema, sobre la que espolvorearemos un poco de cacao.
Podríamos disfrutarlo ya así, pero si queremos darle un poco más de consistencia y asegurarnos que se pone firme, lo llevaremos a la nevera alrededor de 1 hora.
¡Y así de fácil! Cada cucharada tiene un sabor intenso y dulce, a la vez que le sale el amargo del café y del cacao.
¿Quién se va ya al supermercado a por los ingredientes? ?



Hola! tiene una pinta riquísima, nos guardamos tu receta! besis