La tarta de manzana es una receta que no puede faltar en ningún libro de recetas, por ser un clásico donde los haya. Hay muchas variantes en este postre, pues la manzana de la base se puede triturar, laminar, trocear,… También hay quien le añade crema, la pinta con distintas mermeladas o le espolvorea azúcar. También hay quien opta por ponerle una lámina de hojaldre en la base. Aquí tenéis varios ejemplos de cómo hacer tartas de manzana.
Hoy prepararemos una sencilla versión que me enseñaron mi abuela y mi madre y que ha estado presente en mi casa desde bien pequeñita. Desde siempre, las tartas de manzana han sido uno de mis postres preferidos, siempre que iba a la panadería con mi abuelo y me dejaba elegir un postre me tiraba de cabeza a la manzana, el chocolate siempre quedaba en un segundo plano. Y no es de extrañar que cuando empecé en el mundo de la repostería una de las primeras recetas que le pedí a mi madre fuera esta.
Como os decía, hay infinidad de recetas de pastel de manzana, pero hoy optaremos por su versión más clásica, de preparación muy económica, sencilla y rápida, hecha con ingredientes básicos, que todos tenemos en nuestras cocinas. Es una tarta perfecta para los que no tienen mucho tiempo que invertir en la cocina pero que, de vez en cuando, no perdonan un buen postre casero.
Tiempo total: 80 min
Raciones: 1 tarta
Dificultad: Baja
Ingredientes:
- 5-6 manzanas (mejor maduras)
- 125 ml leche (puede ser vegetal)
- 50 gr mantequilla derretida
- 150 gr azúcar blanco
- 140 gr harina de trigo
- 3 huevos
- 7 gr levadura química (para postres)
- 3 cdas mermelada de melocotón o albaricoque
- 3 cdas agua
Elaboración:
Paso 1:
Empezaremos pelando 4 manzanas, decorazonándolas y finalmente troceándolas para triturarlas. Cuando las tengamos todas cortadas en cubos, las trituraremos en un procesador de alimentos, picadora o minipimer hasta conseguir una especie de puré. Hay que asegurarnos que no quedan trozos. Reservaremos (no pasa nada si se oxida un poco mientras seguimos con la receta).
Paso 2:
En un bol grande, añadiremos la mantequilla derretida y la leche. Removeremos bien y luego agregaremos el puré e integraremos hasta conseguir una masa homogénea. Seguidamente agregaremos el azúcar y lo integraremos a la mezcla. Para acabar con la mezcla de ingredientes líquidos, agregaremos los huevos uno a uno, mezclando muy bien cada huevo antes de añadir el siguiente.
Paso 3:
Tamizaremos sobre el bol anterior la harina y la levadura. Batiremos con cuidado de que no se esparza la harina y lo integraremos todo hasta conseguir una masa homogénea. Esta será la base del pastel, así que hay que asegurarse que no quedan grumos. Si es necesario, se puede acabar de mezclar 1 minuto con la batidora o con el minipimer, debe ser una masa lisa.
Paso 4:
Engrasaremos el molde con mantequilla y un poquito de harina (o con un spray antiadherente) y verteremos dentro la mezcla. Como decoración final, y de forma opcional, laminaremos 1 o 2 manzanas más en gajos muy finos y los dispondremos sobre la tarta en forma circular y montándolos ligeramente entre ellos, como si fuera un abanico.
Mezclaremos en un vaso o bol la mermelada con las cucharadas de agua y pintaremos toda la superficie de la tarta, para que quede bien jugosa y brillante. A mi me gusta una buena capa de mermelada, pero podéis ponerle menos si lo deseáis.
Paso 5:
Cocinaremos la tarta durante 1 hora, con el horno pre-calentado a 180ºC, con calor por arriba y por abajo.
A partir de los 45 min podéis ir revisándola, ya que cada horno es un mundo, pero os recomiendo dejarla un buen tiempo. Como la base de la tarta es puré, es probable que si pincháis el centro salga un poco «sucio», pero ya veréis que cuando se enfría se endurece y queda perfectamente cocinada.
Al sacarla, podéis volver a pintarla ligeramente con mezcla de mermelada y agua para que la superficie no quede seca y brille. Pero es totalmente opcional.
¿Muy sencilla verdad?
¡Espero que la disfrutéis tanto como yo!