Si me seguís por Instagram, sabréis que esta semana la estoy dedicando a compartiros recetas típicas de Semana Santa y que estoy aprovechando para ampliar el repertorio de recetas tradicionales del blog. Ya os he compartido unos buñuelos de bacalao, unas torrijas y hoy es el turno de un clásico: un potaje de vigilia.
Es un plato de cuchara tradicional de Cuaresma y Semana Santa, hecho a base de legumbres (como es tradicional en un potaje o cocido) y pescado, habitualmente bacalao, para cumplir los preceptos religiosos que piden que no se coma carne en esta época del año. Pero ya os digo que es un platazo ideal para cualquier época del año y que se puede personalizar como más guste.
Como todo buen potaje, empezaremos preparando un buen sofrito, con variedad de verduras, al que luego agregaremos caldo de pescado, garbanzos, bacalao, espinacas y huevo duro. Esto es lo más tradicional, pero podéis adaptarlo como más deseéis o a lo que tengáis en casa. De hecho, es una receta perfecta para el aprovechamiento, de hecho, yo tenía solo 1 tomate y un poco de tomate triturado que me había sobrado, así que hice un mix. Y también tenía un puñado de alubias blancas cocinadas que se me iban a poner malas así que las agregué también al cocido.
Antes de seguir con la receta, quiero contaros algunos tips a tener en cuenta que igual os pueden servir, así como ideas de sustituciones o añadidos:
- Hay que desalar el bacalao (o comprarlo ya desalado). Si lo elegís salado, os recomiendo tenerlo en agua unas 48 horas (mínimo 24h), cambiándola 2-3 veces al día. Cuando lo queramos utilizar, lo escurriremos y lavaremos bien.
- Para el sofrito podéis usar tomates enteros y cortarlos a cubos, tomates naturales y triturarlos o comprar ya tomate natural triturado. Incluso hacer un mix según lo que tengáis en la nevera.
- Aunque lo tradicional es usa garbanzos, podéis usar otras legumbres que os gusten.
- Para los garbanzos, tenéis varias formas de usarlos o cocinarlos, os cuento:
- Podéis comprarlos de bote/en conserva y añadirlos tras agregar el caldo, una vez rompa a hervir. Con 5-7 min de cocción tendremos bastante para avanzar con la receta. Yo esta vez lo hice así porque no tenía tiempo de cocinar los garbanzos, así que si queréis aligerar la receta, ya sabéis! Los enjugáis y escurrís bien y listo.
- Podéis comprarlos en seco y cocinarlos en casa. Para ello os recomiendo tenerlos 24h en remojo y cocinarlos antes de empezar con el potaje: unos 20 min en olla express y unos 70 min en olla normal. El proceso para agregarlos al cocido será el mismo que el anterior, porque ya los tendremos cocinados.
- Podéis comprarlos en seco y dejarlos en remojo como en el caso anterior, pero cocinarlos junto al potaje. Los añadiremos crudos cuando el caldo rompa a hervir y los cocinaremos tapados, a fuego bajo, unos 70 min. Luego seguís con el resto de pasos de la receta. Pero tened en cuenta que si escogéis esta opción necesitaréis mucho más líquido (agua o caldo) que el que os indico, pues hay que cocer los garbanzos.
- Si quisiéramos añadir patata, lo haríamos antes de echar los garbanzos, la chascaríamos y cocinaríamos unos 15-20 min. Pero tened en cuenta que is queréis hacer en cantidad para congelar (podéis duplicar o triplicar ingredientes sin problema), la patata no queda bien, así que o no la añadís o la retiráis/coméis antes de congelar lo que os sobre.
- Os recomiendo tener más cantidad de caldo del que os indico, pues puede ser que se os chupe mucho y os quede muy seco. Esto va a cuestión de gustos, así que ajustad la cantidad (incluso menos si necesario) según lo espeso que os guste el potaje.
- Sobre la sal, comentaros que yo siempre la añado (si hace falta) al final. El bacalao puede estar salado y el caldo de pescado suele ser fuerte de sabor. Así que mejor corregir al final de todo tanto de sal como de pimienta, para asegurarnos que no nos queda salado.
- Finalmente deciros que, aunque lo típico es usar espinacas, las acelgas o berzas también le quedarían genial.
Y no me enrollo más.
Os dejo abajo con la receta, y os recuerdo que os he destacado en mi Instagram los stories que os grabé mientras lo preparaba.
Tiempo total: 60 min
Raciones: 2-3 personas
Dificultad: Baja
Ingredientes:
- 1 cebolla
- 1 pimiento verde pequeño
- 1/2 puerro
- 2 dientes de ajo
- 2 tomates medianos (o tomate triturado)
- 1/2 cda pimenten dulce
- 1 cda vinagre
- 500 ml caldo pescado (más-menos si necesario)
- 120 gr garbanzos cocidos
- 80 gr espinacas fresca (o cantidad al gusto)
- 180 gr bacalao desalado
- 2 huevos
Elaboración:
Paso 1:
Sofreiremos la cebolla, el puerro, el pimiento y los ajos cortados todos a cubitos. No hace falta picarlos demasiado porque luego lo vamos a triturar, pero tampoco muy grandes para que no tarden mucho en cocinarse.
Aprovecharemos también para poner a hervir los huevos en otro cazo a parte.
Paso 2:
Cuando las verduras empiecen a dorarse y a estar más blandas, agregaremos el tomate a cubitos o triturado, el pimentón y el vinagre. Removeremos muy bien y dejaremos que todas las verduras se cocinen bien. Os recomiendo taparlo y ponerlo a fuego bajo, añadiendo un poco de agua si necesario.
Paso 3:
Cuando las verduras estén cocinadas, retiraremos el sofrito y lo pasaremos a un vaso batidor (también lo podemos triturar en la misma olla) y las trituraremos. No hace falta que quede muy fino y super triturado, ya nos interesa que tenga algo de textura. Devolveremos el sofrito triturado a la cazuela y añadiremos el caldo. Removeremos y dejaremos que se caliente.
Paso 4:
Cuando el caldo rompa a hervir, agregaremos a la olla los garbanzos y dejaremos que hierva unos 5-7 min. Entonces añadiremos las espinacas y cocinaremos 5 min más.
Paso 5:
Finalmente añadiremos el bacalao cortado a cubos (a bocado) y al que le habremos sacamos la piel. Tras 5 min, estará listo y ya podremos apagar el fuego. No lo dejéis más o se os secará mucho el pescado. Ah, una nota que os quería comentar, podéis añadir el bacalao así en crudo o también podríais enharinarlo y freírlo antes de echar al potaje. Quedará más sabroso y crujiente, pero también tendrá un extra calórico.
Paso 6:
Probaremos y ajustaremos de sal y pimienta.
Solo nos quedará pelar los huevos, cortarlos por la mitad y añadirlos al potaje o en el plato. También se pueden picar pequeñitos y poner por encima a modo de decoración.
¡A disfrutar!