Hacer una buena masa de pizza en casa es muy sencillo, basta unos pocos ingredientes y en un momento podemos tener una masa deliciosa y auténtica, a la que le podemos añadir los toppings que más nos gusten. Es cierto que una buena y tradicional masa de pizza italiana, aunque solo mezcla pocos ingredientes y la elaboración es fácil, requiere de un largo tiempo de fermentación, que le de a la masa textura y sabor. Pero también es cierto que podemos acelerar el proceso aumentando un poco la cantidad de levadura y poder disfrutar en poco tiempo de un manjar delicioso. Además, hacer pizza en casa, es más barato y saludable: podemos elegir los ingredientes que más nos gusten y conocer al 100% cómo la hacemos, sin aditivos ni procesados. La clave de una pizza empieza, cómo no, por la masa. Su preparación en realidad no es complicada y no lleva muchos ingredientes, pero sí hay que seguir algunas pautas y, sobretodo, utilizar productos de calidad. Con atención y cariño lo haréis sin problema.
¿Hay alguien a quien no le guste la pizza? Siempre hay excepciones, ¡pero yo creo que no! De lo que no hay duda es que la pizza es uno de esos manjares gastronómicos que hacen las delicias de todo el mundo. Y se nota cuando una pizza es de calidad o mediocre y no hay nada como elaborarla nosotros mismos.
Hace un tiempo os traía una pizza vegetariana que os gustó muchísimo, pero a la pizza nunca se le puede decir que no y aunque muy similares, no todas las recetas son iguales. Si ya la otra receta era sencilla, ¡esta todavía lo es más! Es una pizza sin reposo. Sí, lo habéis leído bien: NO NECESITA REPOSO. Si todavía no os habéis animado a hacer pizza en casa, este es el momento, es una receta muy sencilla y rápida, el proceso de elaboración dura el tiempo de calentamiento del horno.
En casa así celebramos que hoy es el Día internacional de la pizza.
Tiempo total: 45 min
Raciones: 1 pizza grande o 2 individuales
Dificultad: Baja
Ingredientes:
- 130 gr + 260 gr harina de trigo
- 10 gr levadura seca o 25 gr levadura fresca
- 250 ml agua tibia
- 10 gr sal
- 2 cdas aceite de oliva
- Sémola de trigo duro
- Toppings al gusto
Elaboración:
Paso 1:
Empezaremos pre-calentando el horno a 250ºC (al menos debemos encenderlo 20 min antes de empezar la receta) y en el fondo pondremos una bandeja para que también se vaya calentando y en la que coceremos la pizza.
Paso 2:
En un bol pondremos los 130 gr de harina y le agregaremos la levadura seca. Removeremos bien para integrar y después añadiremos el agua caliente, que debe estar a unos 40ºC (si no tenéis termómetro, podéis calcularlo con el dedo: si lo ponéis dentro y no aguantáis más de 2 seg estará a punto). Removeremos de nuevo hasta integrar por completo y no ver grumos.
Si usamos levadura fresca, primero la disolveremos en el agua y luego agregaremos esta mezcla a la harina.
Paso 3:
Sobre la mezcla anterior agregaremos la segunda parte de la harina (los 260 gr) y la sal. Removeremos con una cuchara o espátula y tras un par de vueltas agregaremos también el aceite. Seguiremos hasta que nos cueste y entonces pasaremos la masa a la encimera para amasarla. Al principio nos costará un poco y puede estar un poco pegajosa, pero a medida que la vayamos trabajando se irá estirando y despegando. La amasaremos entre 5 y 10 min, con intensidad y energía. Cuando ya no se nos pegue a las manos y esté blanda estará lista.
Paso 4:
En este momento tendremos que decidir si queremos hacer 1 sola pizza grande y algo más gorda o dos un poco más pequeñas y finas. En mi caso lo dividí en dos porciones. Una vez dividida la masa en dos, estiraremos cada porción con la mano o un rodillo sobre la encimera, enharinándola ligeramente para evitar que se pegue. Extenderemos un papel de horno y esparciremos un poco de sémola (lo que hará que nuestra base quede bien crujiente) y trasladaremos la pizza encima.
Paso 5:
Pondremos la salsa de tomate como base y el resto de toppings según deseado. Yo he escogido algunos muy básicos (berenjena, calabacín, champis y tomatitos cherry), pero podéis personalizarla como más os guste.
Sacaremos la bandeja que teníamos calentando y pondremos encima la pizza. La hornearemos unos 20 min o hasta que la corteza esté dorada. ¡Y ya lo tenemos! Una cena deliciosa, clásica y, lo que es más importante, homemade!
Ahora solo os falta encender Netflix y acurrucaros en el sofá a disfrutar de esta deliciosa pizza.