Me encantan los desayunos con muchas cositas y el finde me gusta sentarme tranquilamente a disfrutarlo. Por eso aprovecho para preparar cositas más elaboradas y que pueda comer calientes, con el solecito entrando por la ventana y una taza de café bien caliente humeando.
Dicho esto, uno de mis caprichos domingueros son los pancakes, que los hago de todo tipo. En el blog tenéis la receta clásica de pancakes, con su sirope, azúcar glas, toppings golosos, así como también una versión vegetariana, sin gluten y sin azúcar.
Hoy os traigo una versión intermedia: es una receta de pancakes muy healthys y deliciosos, pero lleva huevos, por lo que no es apta para veganos ni todos los vegetarianos. Son unos pancakes de plátano, avena y leche vegetal, que acompaño de yogur natural y un buen puñado de frutas variadas. Son toda una revolución y todo un descubrimiento, que además te ayudan a potenciar la cocina de aprovechamiento, ya que lo mejor es utilizar plátanos bien maduros, pues hace que las tortitas resulten esponjosas y muy dulces (de forma natural, ¡claro!).
El acompañamiento claramente es opcional y totalmente personalizable, pero si los hacéis saludables intentad que los toppings también lo sean ? También podéis untarlos o rellenarlos de mermelada casera, mantequilla de cacahuete u otro fruto seco,…
Es una receta súper sencilla y con pocos ingredientes, por lo que os recomiendo utilizarlo de calidad, especialmente los huevos, que os aconsejo que sean ecológicos. La masa la tendrás lista en 5 minutos, lo que más te costará es esperar a que se cocinen en la sartén.
Tiempo total: 15 min
Raciones: 10-12 pancakes
Dificultad: Fácil
Ingredientes:
- 2 plátanos maduros
- 2 huevos orgánicos
- 30 gr copos de avena (u otra harina que deseéis)
- 30 gr de leche de almendras (u otra leche o yogur)
- Toppings: yogur natural, manzana caramelizada, dátiles, avena, canela y arándanos (opcionales y personalizables)
Elaboración:
Paso 1:
Pondremos todos los ingredientes en un bol grande o una jarra y lo trituraremos con una batidora de mano, un minipimer o una picadora, hasta conseguir una masa líquida y homogénea.
Yo utilicé leche de almendras, que me encanta, pero podéis utilizar cualquier otra leche vegetal o animal o, si queréis hacerlos un poco más densos y espesos, utilizar yogur natural o un yogur vegetal neutro. También podéis agregar más o menos leche en función de la consistencia que deseéis.
Paso 2:
Cuando tengamos la masa lista, engrasaremos con 1 gotita de aceite (de oliva o de coco) y una servilleta o pincel una sartén anti-adherente. Cuando esté caliente, verteremos un cacito de la masa, hasta conseguir un diámetro de unos 8 o 9 cm o del tamaño que deseéis.
Cuando vemos que la superficie empieza a burbujear, sabremos que están listos para darles la vuelta. Con la ayuda de una espátula los giraremos y los cocinaremos otro minuto o dos por el otro lado, ¡y listo!
Si tenéis una sartén grande podéis hacer varios a la vez. Yo tengo una pequeñita así que los he tenido que hacer uno a uno y he tardado un poquito más. ¡He cogido con unas ganas el desayuno!
Los pasáis a un plato y le añadís el acompañamiento que más os guste u os apetezca. Y recordad, sentaros tranquilamente a disfrutarlos porque esta delicia no tiene desperdicio.