Estos panecillos tipo Viena o panecillos de leche son una especie de brioche ligero de origen vienés, como su nombre indica, caracterizados por ser tiernos y ligeramente dulces, con una miga esponjosa y una corteza fina y tipo hojaldrada.
Se pueden hacer en barra, más o menos larga según deseado, o mini panecillos individuales tipo Doowaps, ¿os acordáis de esos dulces? En el blog tenéis esta receta, que la verdad que se parece mucho a esta, pues son unos bollos de leche muy similares, ¡y con chocolate ya incorporado! ? Recién horneados, estos panecillos o bollos crujen un poco y luego se van ablandando, ideal para montarse un «Bollycao» casero y recordar las meriendas de cuando éramos niños. ¿Quién no tiene en su memoria el clásico pan con onzas de chocolate en medio? ¡Se me hace la boca agua! Además, que como siempre os digo, hacer pan en casa es muy satisfactorio, además de que se ahorra dinero.
Aprovecho para recordaros, que si queréis una opción de panecillos pero menos dulces, ¡no podéis perderos la receta de los bread rolls! Son muy fáciles de hacer y quedan súper ricos. Tienen una medida ideal para el desayuno o la merienda y si haces una horneada tienes pan para toda la semana.
Tiempo total: 60 min + fermentado (entre 2 y 6 horas)
Raciones: 6 barritas
Dificultad: Fácil
Ingredientes prefermento:
- 100 gr harina de fuerza
- 100 gr leche
- 5 gr levadura seca para pan o 15 gr levadura fresca
Ingredientes elaboración final:
- 400 gr harina de fuerza
- 150 gr leche
- 40 gr azúcar blanco
- 2 huevos
- 60 gr mantequilla ablandada
- 10 gr sal
Elaboración:
Paso 1:
Empezaremos preparando el prefermento, para el que necesitaremos entre 1 y 2 horas, dependiendo de la temperatura ambiente que influirá en el levado. Para ello, combinamos en un bol los 3 ingredientes, lo removemos bien para que se integren y consigamos una masa pegajosa y elástica. Taparemos el bol con papel film y lo dejaremos reposar en un lugar cálido hasta que haya levado un poco y burbujee. La clave es ver toda la superficie llena de burbujitas, ese será el punto correcto. Y como os decía, dependerá de la temperatura ambiente, cuanto más calor más rápido será el proceso.
Aunque el prefermento no es 100% indispensable, sí que es muy recomendable porque mejora el sabor final del pan y su conservación, además de que ayuda a la levadura a activarse en elaboraciones de estos tipos de panes con bastante grasa.
Paso 2:
Cuando el prefermento ya esté burbujeando, seguiremos con el resto de la elaboración. Para ello, pondremos el resto de la harina en un bol grande y haremos un hueco en el centro. Encima verteremos la leche restante, los huevos previamente ligeramente batidos, la mantequilla ablandad, el azúcar, la sal y el prefermento que hemos preparado anteriormente. Primero integraremos los ingredientes con una cuchara o espátula y cuando no podamos seguir, continuaremos amasando a mano o con un robot hasta conseguir una masa fina y elástica, que apenas se pegue a las manos. Podemos tardar entre 8 y 15 min, dependiendo de la temperatura ambiente y el proceso.
Haremos una bola con ella y la pondremos en otro bol grande (donde pueda duplicar su tamaño), engrasado con un poco de aceite, y la taparemos para que fermente. Debe duplicar su tamaño y, como en el caso del prefermento, puede durar hasta 2 o 3 horas dependiendo de la temperatura ambiente.
En este punto, podemos seguir con la receta o, si lo deseamos, guardar la masa levada en la nevera hasta el día siguiente.
Paso 3:
Cuando la masa haya duplicado su tamaño, la trasladaremos a la superficie de trabajo previamente enharinada y la dividimos con la ayuda de un cuchillo afilado o una rasqueta. Podemos dividirla como mejor veamos, en barras largas, en bollitos redondos y mini barritas. En mi caso lo dividí en 6 porciones.
Paso 4:
Cada porción la amasaremos un poco para desgasificarla y la aplanaremos en un rectángulo irregular, pero que tenga más o menos el mismo grosor en toda su superficie. Doblaremos primero un borde largo hacia el centro y repetiremos el proceso con el otro extremo, presionando en el centro para que se pegue bien la masa. Podemos incluso pellizcarla para sellarla. Para asentarla y hacerla un poco más larga, con forma de barrita, podemos apoyar las manos sobre la masa y la rodarla sobre la superficie, alejando hacia a fuera una mano de la otra, hasta conseguir la largura deseada. Si la barrita se resiste a estirarse, no os preocupéis, la podéis dejar un par de minutos que se relaje y seguir.
Mientras hacemos todo este proceso, os recomiendo tapar con un trapo el resto de porciones para que no se sequen.
Paso 5:
Seguiremos con el resto de barritas y a medida que las vayamos formando las iremos colocando en una bandeja de horno forrada con papel vegetal, espaciadas entre sí pues deben volver a levar un poco y durante el cocinado crecerán. Las pintaremos con abundante huevo y, de forma opcional, podemos hacerle unos cortes o grietas en la superficie para darle un toque.
Paso 6:
Taparemos las barras con papel film, intentando que no toque mucho su superficie, y las dejaremos reposar y levar. No deben duplicar su tamaño, pero sí crecer bastante. En este punto, las hornearemos, con el horno pre-calentado a 200ºC, durante unos 15 min o el tiempo necesario hasta que veamos que están cocidas y bien doradas.
Si vemos que al retirar el papel film nos llevamos un poco de huevo, podemos repasarlas y volverlas a pintar. Pero si lo hacemos, que sea con movimientos muy suaves para evitar perder el volumen que hemos conseguido.
Paso 7
Al sacarlas del horno, las llevaremos a una rejilla para que enfríen por completo. Podemos comerlas en el momento o también congelarlas. Es un pan que se conserva muy bien: los podemos poner en bolsas de plástico o envolver cada barrita con papel film evitando agujeros por los que pueda entrar el frío y que se sequen.
Esta especie de pan de leche o pan de Viena son muy versátiles y combinan genial con embutidos, mermeladas y, por excelencia, ¡chocolate! Qué recuerdos me ha traído merendar pan con chocolate, es una receta infalible y que nos hace a todos un poco niños, ¿no creéis? ??