¡Hoy es el Día Mundial del Pan de Nueces! Y qué mejor manera de prepararlo que con una nueva receta de pan.
En el blog ya teníais recetas de pan con nueces, con harina blanca y salvado, y a modo trenza tipo pan de molde. Si estas versiones ya eran fáciles, con la opción que os traigo y ya si que os sorprenderéis. Necesitaréis unos pocos ingredientes para conseguir este delicioso pan que, además, es integral, con un sabor maravilloso a nueces, que desde mi punto de vista casan fantásticamente con la harina de espelta.
Prepararemos este pan con método directo, es decir que mezclaremos todos los ingredientes y simplemente amasaremos, sin pre-fermentos. Esto simplifica mucho el proceso y lo agiliza. Para ello os recomiendo usar una levadura para pan de calidad, que puede ser instantánea. Cuanta menos levadura pongamos, más larga será la fermentación, pero más sabor desarrollará la harina. Si queréis acelerar el proceso podéis aumentar la cantidad de levadura, de 3 gr hasta 5 gr.
Podéis dividir la masa en dos barras, darle forma de hogaza o tipo chapata ancha como en mi caso. ¡Lo que más os guste!
Tiempo total: 5 horas (con 2 fermentaciones)
Raciones: 1 barra grande
Dificultad: Baja
Ingredientes:
- 300 gr harina de espelta integral
- 200 gr harina de fuerza (blanca)
- 350 gr agua templada
- 3 gr levadura seca para pan
- 10-12 gr sal
- Puñado de nueces al gusto
Elaboración:
Paso 1:
Como usaremos un método directo, lo que haremos será mezclar todos los ingredientes en un bol grande, a excepción de las nueces. Os recomiendo mezclar todos los secos y hacer una especie de volcán en el centro en el que verter el agua.
Primero nos ayudaremos de una espátula para ir vertiendo harina en el volcán de agua, y poco a poco veremos como se va integrando. Cuando podemos hacer una especie de bola, la vertemos sobre la superficie de trabajo y la amasaremos durante 10 min de forma enérgica, presionando con las palmas y los puños. Seguiremos hasta obtener una masa fina y elástica, aunque hay que tener en cuenta que al usar una harina integral no puede quedar tan fina como una masa blanca.
También podemos amasar el pan con un robot de cocina o amasadora eléctrica, con unos 7-8 min debería se suficiente, pero haced la misma comprobación que con la forma manual.
Paso 2:
Cuando la masa esté lista, formaremos una bola, la llevaremos a un bol engrasado y con un chorrito de aceite en la base y la taparemos con papel film. La llevaremos a un lugar cálido y dejaremos que fermente hasta que casi duplique el tamaño. Al ser una harina integral no sube con tanta facilidad, tardará entre 1 y 2 horas dependiendo de la temperatura ambiente.
No la pongáis sobre un radiador o muy cerca del mismo.
Paso 3:
Pasado el tiempo del primer levado, extenderemos la masa sobre la superficie de trabajo, la desgasificaremos amasándola con suavidad y la estiraremos un poco para poder rellenarla.
Repartiremos por toda la superficie las nueces troceadas al gusto. Cerraremos la masa estirando desde los lados hacia el centro y amasaremos un par de minutos más para asegurarnos que las nueces se reparten por toda la masa.
Paso 4:
Daremos forma a la masa. Como os decía podéis dividirla en dos y formar 2 barras pequeñas, darle forma de hogaza… la pondremos sobre un papel vegetal para que luego nos sea fácil transportarla. De forma opcional, podemos espolvorear un poco de sémola en la hoja y colocar encima el pan.
Paso 5:
Cuando falte poco para que la masa esté bien levada, pre-calentaremos el horno a 250ºC con la bandeja en la que hornearemos el pan dentro, para que coja temperatura.
Cuando esté bien caliente, pondremos dentro el pan, a media altura, y en la parte baja pondremos una bandeja con grosor y verteremos dentro media jarra de agua hirviendo, para generar vapor y humedad dentro del horno.
Coceremos el pan 10 min y pasado este tiempo bajaremos la temperatura del horno a 200ºC y lo seguiremos cocinando unos 20 o 30 min o hasta que veamos que está dorado y cocido.
Al sacarlo del horno, lo dejaremos enfriar sobre una rejilla. Cuando esté frío completamente, podéis cortarlo y congelarlo. Tener pan casero en tu nevera durante la semana, ¡mola!
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