Hoy os traigo una receta muy sencilla y que, aunque no tiene mucha intro para hacerle porque la foto habla por sí sola, os voy a intentar convencer un poquito porque os aseguro que el resultado no os defraudará. Es un plato muy fácil de preparar pero que a la vez está lleno de nutrientes y sabor.
Como sabéis, tengo tradición italiana y siempre me he rodeado de mucha comida italiana. La bruschetta es un aperitivo tradicional basado en una base de pan tostado crujiente cubierto con aceite de oliva y sal o ajo. Nació como un plato pobre, cuando los agricultores le daban una segunda vida al pan rancio y seco, para hacerlo durar aún más. Además, el aceite de oliva virgen extra y la sal servían como conservantes. Con el tiempo, la bruschetta se ha convertido en un verdadero ritual italiano para acompañar el aperitivo y cada región italiana cuenta con su receta de bruschetta. Han ido surgiendo infinidad de variedades, en base a la diversidad de ingredientes usados para condimentarla.
Como veis en el título, os digo que es una bruschetta «paleo», pues el pan que hemos usado es sin gluten. Pero podéis prepararla con el pan que más os guste o definirla de cualquier otro modo. Ídem con los ingredientes: podéis adaptarlos para hacerlo 100% vegetariano o vegano. La bruschetta es un aperitivo muy versátil y que además puedes servirlo caliente o frío, para el desayuno, aperitivo o una comida ligera. Lo más ideal es que con ingredientes básicos, que todos tenemos a mano, podemos conseguir una delicia de plato.
¿Cómo la vas a preparar tú?
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Tiempo total: 15 min
Raciones: 1 persona
Dificultad: Baja
Ingredientes:
- 1/2 aguacate
- 1/2 cebolla
- 1/2 tomate grande o 1 pequeño
- 1 huevo
- Sal y pimienta
- Pan al gusto
Elaboración:
Paso 1:
Empezaremos cortando las rebanadas de pan que queramos comer. Yo opté por un pan sin gluten que ya viene en este tipo de rodajas, pero podéis usar el que más os guste. Lo tostaremos en una sartén con un chorrito de aceite, para que coja textura crujiente. De forma opcional, si lo deseáis, podéis untar el pan con un gajo de ajo ya así darle un extra de sabor.
Paso 2:
Mientras se tuesta el pan, cortaremos en mini-trocitos la cebolla y el tomate, como si preparáramos un guacamole. Si os pasa como a mi, que me encanta la cebolla cruda pero me sienta fatal, os recomiendo que la pongáis en vinagre de manzana durante 1 hora y que luego la coléis y lavéis bien. ¡Mano de santo! Lo mezclaremos bien y lo juntaremos con el 1/2 aguacate chafado.
Paso 3:
Seguiremos preparando el huevo poché. Seguro que cada uno tiene una manera diferente de hacerlo. Yo, la manera más fácil que he encontrado es la siguiente: poner abundante agua a hervir, con un pelín de sal y un chorrito de vinagre de manzana. Cuando hierva y tenga muchas burbujas, bajaremos el fuego a mínimo y, con una cuchara, daremos vueltas al agua. Se formará como un mini remolino en el centro y ahí es donde verteremos nuestro huevo. Lo dejaremos así 3 min, sin subir el fuego. Luego lo retiraremos con una espumadera para que se cuele el agua.
Paso 4:
Con todas las elaboraciones listas, solo nos quedará montar nuestro súper plato. Para ello pondremos la mezcla de cebolla, tomate y aguacate encima de cada rebanada, de forma abundante. Encima colocaremos el huevo poché, que yo sitúo entre las dos rebanadas para que, cuando se parta la yema, se empapen ambas rebanadas. Condimentaremos al gusto con un poco de sal y pimienta por encima y ¡voilà!
Una delicia en toda regla. Estoy convencida que a partir de ahora estará en el TOP de vuestras recetas de desayunos o aperitivos.