Unas tostadas con mermelada son un desayuno clásico ¿no? Empezar el día con una cucharadas de mermelada casera es genial, sobretodo porque podéis hacerla a vuestro gusto y conociendo los ingredientes que la compone. Hace un tiempo os traía una compota de manzana ideal para rellenar tartas, untar tostadas o acompañar un plato de carne, y también una mermelada de higos de escándalo.
Hoy nos aventuramos con esta delicia sabrosa que no tengo dudas que os va a animar el desayuno y vuestra mañana. Las mermeladas caseras son súper sencillas de preparar y nos permiten aprovechar frutas y verduras de temporada. Además, son más económicas, pues podemos prepararlas con los ingredientes que seleccionemos e incluso en mayores cantidades, asegurándonos una buena reserva de tarros. Con la cantidad de ingredientes que os indico os sale un litro y medio de mermelada aproximadamente, también podéis duplicar las indicaciones o reducirlas para hacer una cantidad más ajustada.
Ahora que estamos en plena Navidad y que todos los fogones se ponen a tope, puede ser una idea muy original acompañar vuestras carnes, tablas de embutidos o canapés o incluso el postre con esta mermelada de calabaza y naranja. Los sabores intensos y aromas especiados ligan perfectamente con esta época del año tan mágica.
Tiempo total: 45 min
Raciones: 1 tarro de 1,5L
Dificultad: Baja
Ingredientes:
- 400 gr calabaza pelada y sin pipas
- 1 naranja grande
- 150 gr panela
- 1 rama de canela
Elaboración:
Paso 1:
Veréis como esta receta es muy sencilla. Empezaremos cortando la calabaza en cubos no muy grandes y lo más uniformes posible para que todos se cuezan en el mismo tiempo. También rallaremos la naranja y exprimiremos su jugo.
Como veréis, os indico el uso de panela porque soy fan, me encanta y es mucho más saludable, sobretodo si la usáis orgánica como la que compro yo. Pero también podéis usar azúcar blanco o moreno. Si utilizáis azúcar blanco os quedará un color de mermelada más claro que el mío, ya que la panela es muy oscura.
Paso 2:
En una cazuela u olla pequeña, pondremos la calabaza, el zumo y la ralladura de la naranja y la rama de canela. Llevaremos la mezcla a ebullición y, cuando llegue a este punto, bajaremos la potencia del fuego para que cueza más lento. Iremos removiendo de vez en cuando para evitar que se pegue, pero al tener el zumo de la naranja no debería pegarse mucho. A medida que removemos, podemos también ir rompiendo un poco los trozos de calabaza, así ayudaremos al cocinado y pondremos controlar su cocción. Tardaremos alrededor de 30 minutos en tenerla lista, pero dependerá del fuego, la calabaza, la medida de los trozos,… Cuando la calabaza esté blanda, lo retiraremos.
Paso 3:
Retiraremos la rama de canela y trituraremos la mezcla. Este paso es opcional, si se os ha deshecho mucho la calabaza o si os gusta encontraros trocitos podéis obviarlo. O podéis triturarlo con más o menos intensidad según la textura que busquéis.
Paso 4:
Con la mermelada todavía caliente llenamos el tarro o los tarros en que queramos conservarla. Los llenamos hasta el borde y cerraremos rápidamente la tapa, de este modo a medida que se va enfriando se producirá el vacío dentro del tarro y conseguiremos que se conserve en perfectas condiciones durante varias semanas.
Cuando esté completamente fría, la conservaremos en la nevera. Tiene un sabor intenso delicioso, ideal para un buen desayuno o un snack de media tarde. Incluso mezclada con un yogur y algún fruto seco está para chuparse los dedos. ¡Es más! Si la ponéis como acompañamiento de una tabla de quesos seréis los grandes anfitriones.
¿Cómo te gusta a ti consumir esta delicia?