Hoy os traigo una receta típicamente inglesa perfecta para esta época del año y la festividad de Semana Santa. Los Hot cross buns, son una especie de bollos muy especiados y que tradicionalmente se preparan para el Viernes Santo, de ahí el nombre «Bollos de la cruz», con un relleno de pasas. Lo más característico es la cruz de su superficie, como símbolo de la crucifixión, que puede hacerse con harina y agua (como veremos en esta receta), pero también con papel de arroz, con glaseado, con cortes,…
Son muy fáciles de preparar y los ingredientes los encontramos con facilidad en nuestras alacenas o cocinas. Esta es una de esas recetas que llenan la cocina de aromas gracias a la combinación de especies y las pasas del relleno (u otros tropezones que s ele quiera echar). Lo único que sí habrá que tener en consideración son los tiempos de levado, por lo que os recomiendo o prepararlos a primera hora de la mañana para tenerlos a la hora de la merienda u hornearlos por la noche para desayunarlos a la mañana siguiente.
Si por Pascua estáis cansados de hacer siempre las tradicionales torrijas, estos Hot cross buns son una opción perfecta darle una vuelta a la Semana Santa. Aunque también os digo que estos bollitos son ideales para cualquier ocasión en la que queráis lucir vuestras dotes culinarias.
Tiempo total: 65 min + 2-4h de levado
Raciones: 12 bollos
Dificultad: Media
Ingredientes bollos:
- 470 gr harina de fuerza
- 200 ml leche entera
- 80 gr panela o azúcar blanco
- 50 gr mantequilla
- 7 gr levadura seca de panadería
- 1/2 cdita sal
- 1 cdita canela
- 1/2 cdita nuez moscada
- 1/4 jengibre en polvo
- 80 gr pasas
- 2 huevos + 1 para pintar
- Ralladura de 1 naranja
Ingredientes cruz:
- 3 cdas harina de trigo
- 3 cdas agua
- 2 cditas azúcar blanco
Elaboración:
Paso 1:
Empezaremos calentando la leche, pero no en exceso. Templarla lo justo para que la mantequilla se derrita. Con la leche caliente, verteremos dentro la mantequilla y removeremos bien hasta derretir e integrar. Lo reservaremos hasta que enfríe por completo sin que endurezca la mantequilla. Cuando haya enfriado la leche, le agregaremos los 2 huevos previamente ligeramente batidos. Lo mezclamos lo justo y lo reservamos de nuevo.
Paso 2:
En un cuenco grande tamizamos la harina y luego encima esparcimos la levadura, la sal, la panela o azúcar, la ralladura de naranja y las varias especies. Removeremos bien con una pala de madera o una cuchara. Haremos un hueco en el centro en el que verteremos la masa líquida del punto anterior. Después iremos vertiendo harina sobre los líquidos y lo iremos integrando con la misma pala. Cuando ya nos cueste remover, será el momento de amasar. Podemos hacerlo a mano o con unas varillas. Yo lo hice a mano y tardé unos 15-20 min en que la masa estuviera en el punto correcto. Simplemente deberemos ir chafando la masa sobre sí misma y presionando con puños y palmas, a la vez que la estiramos desde los extremos hasta el centro. Podemos hacerlo dentro del mismo bol (si es bastante grande) o sino sobre una superficie enharinada y antiadherente. Debemos conseguir una masa suave y elástica, nada seca o apelmazada.
Como os decía, también podéis hacerlo con una amasadora o varillas para pan, en ese caso en 5-8 min deberíais conseguir la textura deseada.
Paso 3:
Cuando hayamos conseguido el punto deseado, estiraremos un poco la masa con las manos y le añadiremos las pasas. Amasaremos 1 min más para que se integren y repartan por toda la masa y formaremos una bola. La colocaremos en un bol grande aceitado (ponemos unas gotitas de aceite en un papel de cocina y «pintamos» todo el bol») y la taparemos para que fermente. Podemos taparla con la tapa del bol (si la tiene), un trapo o papel film. Lo dejaremos reposar alrededor de 2 horas o hasta que duplique su tamaño. Os recomiendo que la dejéis en un espacio caliente y sin corrientes de aire, ya que así favoreceremos el levado de la masa.
Paso 4:
Pasado el tiempo de levado, volcaremos la masa fermentada sobre la superficie de trabajo y la amasaremos un par de minutos para desgasificarla y volver al tamaño original. Entonces, con la ayuda de una rasqueta o cortador de metal, incluso un cuchillo muy afilado, cortaremos la masa en 10 o 12 porciones, dependiendo del tamaño de bollo que deseéis hacer. Debemos intentar que sean lo más parecidas posible, así que os recomiendo estirar la masa en forma de rulo gordo y cortar «rebanadas» del mismo grosor, así podréis igualar mejor los tamaños.
Con cada porción formaremos una bola. La estiraremos hacia afuera y hacia dentro, sobre sí misma, como haciendo hueco con los dedos hacia dentro, creando una especie de forma cóncava, como la cabeza de un champiñón. La idea es rotar los bordes hacia fuera y hacia dentro, hacia sí mismos. Luego, iremos metiendo el resto de la masa y pellizcaremos la punta para que quede cerrado, la rodaremos un poco sobre la mano para darle forma de bola y lo dejaremos sobre la bandeja en el que lo vayamos a hornear. Puede ser una bandeja de horno forrada con papel vegetal o una fuente apta para horno con un poco de aceite o spray antiadherente en la base y paredes.
Seguiremos con todas las porciones y cuando tengamos todos los bollos en la bandeja, la taparemos con un trapo bien grande y dejaremos que leve por segunda vez. De nuevo deben duplicar su tamaño y puede llevar entre 1 y 2 horas dependiendo de la temperatura ambiente. Cuanto más cálido sea el entorno mejor.
Paso 5:
Cuando queden uno 5 o 10 min para que termine el levado, prepararemos la pasta para hacer la típica cruz decorativa. Para ello tamizaremos la harina en un cazo o bol y agregaremos el agua y el azúcar. Removeremos enérgicamente bien hasta integrar y conseguir una pasta. Nos debe quedar una textura tipo pasta de dientes. Si nos queda muy seco podemos añadir unas cucharaditas de agua y si nos queda muy líquido un poquito de harina.
Pondremos la pasta en una manga pastelera con una boquilla redonda pequeña y lo reservaremos. En este punto también pre-calentaremos el horno a 200ºC.
Paso 6:
Pintaremos los bollos con huevo batido y sobre el huevo formaremos la cruz. Para ello simplemente colocaremos la manga en posición vertical en un extremo central del bollo y la arrastraremos hacia el otro extremo. Repetiremos el proceso con la otra mitad de la cruz. Seguiremos con todos los bollos.
Paso 7:
Hornearemos los bollos a 180ºC durante unos 15 o 20 min o hasta que veáis que están dorados y que si claváis un palillo sale limpio. Puede tardar más o menos dependiendo del horno, simplemente hay que irlo controlando.
Al sacarlos del horno los dejaremos 10 min en la misma bandeja o fuente y después los trasladaremos a una rejilla para que enfríen por completo.
¡Y listo! Aunque sé que los tiempos de levado quizás os asusten, os prometo que la receta vale la pena, ¡están de muerte!
Al ser bollería casera, lo mejor es consumirlos el mismo día que se hacen o como mucho al día siguiente. Sino, os recomiendo que los guardéis en un recipiente hermético. De todas formas, no deja de ser pan y a medida que pasan los días comienzan a endurecerse. ¡Pero tiene solución! Podéis cortarlos por la mitad y calentarlos en la sartén o en la tostadora y rellenarlos como un bocata, con embutido, mermeladas o incluso chocolate.
Esta Semana Santa no tenéis excusa para no poneros manos a la masa, ¡es una receta súper sencilla y deliciosa, en la que solo hay que controlar los tiempos de levado!
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