La focaccia es un “pan” tradicional italiano que tiene una preparación simple y sencilla, y que se elabora con ingredientes básicos, similares a los de la masa de pizza. Es un alimento muy versátil, pues aunque en general se consume como aperitivo, también puede convertirse en un plato más completo si le añadimos ingredientes como queso, verduras, embutido,…
Se caracteriza por su esponjosidad y su sabor a sal y especies. Es algo que a mi me vuelve loca, soy una fan de las focaccias y las de tomates son mi debilidad. Creo que ya os lo había contado en algún post, pero si sois nuevos o por si mi memoria me falla, os cuento que yo estudié en un colegio italiano, por lo que desde muy pequeñita he estado muy ligada a toda la gastronomía italiana y en mis viajes anuales al país vecino me pasaba todas las vacaciones disfrutando de sus delicatessens. Recuerdo que viajábamos cada año en coche y obligábamos a mis padres a parar en la primera área de servicio al entrar en Liguria para comernos nuestra primera focaccia del verano. Y nunca me había animado a hacerlas en casa, hasta hoy. Es una masa que requiere paciencia, como la de cualquier pan, pero no es para nada complicada. Además, podéis condimentarla al gusto, por lo que cada uno puede hacer su propia versión. Añadirle hierbas aromáticas y aceite es siempre un acierto.
¡Vamos a ello!
Tiempo total: 150 min
Raciones: 2 focaccias
Dificultad: Media
Ingredientes:
- 2 y 1/2 tazas agua caliente
- 2 y 1/4 cditas levadura seca para pan
- 2 cdas aceite de oliva
- 5 o 5 y 1/2 tazas harina de trigo
- 1/2 taza sémola
- 1 cda sal gorda
*Nota: las cantidades indicadas corresponden a 2 focaccias, si quisierais hacer solo una simplemente debéis dividirlo todo a la mitad.
Elaboración:
Paso 1:
Mezclamos en un bol grande el agua caliente con la levadura, el aceite y la sémola. Lo removemos bien.
Paso 2:
Al mismo bol, agregamos la harina de trigo. La iremos añadiendo a tazas, pues dependiendo de la humedad necesitaremos más o menos. Agregaremos unas 3 tazas y lo mezclaremos con una pala, después lo llevaremos a la mesa de trabajo para amasarlo con las manos. No os preocupéis si está aún un poco líquida, aún falta mucha harina por añadir. Antes de ponerla sobre la mesa, esparcid una taza de harina, por lo que os quedará aún 1 o 1 y 1/2 por agregar. Una vez sobre la mesa, lo amasaremos enérgicamente durante unos 10 min, con movimientos envolventes y presionando con las palmas de las manos.
Paso 3:
Tras el tiempo de amasado, formaremos una bola y la colocaremos en una bol amplio, con aceite en la base. Lo taparemos con un paño y dejaremos que leve alrededor de 1:30h o hasta que doble su tamaño. Si lo colocamos en un lugar cálido, alrededor de 24ºC, levará más fácil y rápidamente.
Paso 4:
Pasado el tiempo de fermentación, dividiremos la masa en 2, para hacer dos focaccias. Haremos una bola con cada mitad y la estiraremos con un rodillo en un rectángulo de 25×35 o de la medida de vuestra bandeja de horno, pero intentando que no tenga más de 1 cm de grosor. Tras estirar cada mitad, las trasladaremos con mucho cuidado a una bandeja de horno, forrada con papel vegetal y espolvoreada con un poco de sémola. Como la hemos estado estirando, ha perdido todo el aire que tenía, por lo que volveremos a tapar la masa con un trapo y la dejaremos de nuevo fermentar 1:30h.
Paso 5:
Una vez haya crecido, pre-calentaremos el horno a 200ºC, antes de seguir con el siguiente paso.
Paso 6:
En ambas focaccias, haremos una serie de hoyos con los dedos, clavando con cura todos los dedos de ambas manos, como queriéndola agujerear. después le pondremos los toppings deseados. En mi caso, una de ellas tenía tomates cherry, mozzarella, orégano, aceita de oliva y sal gorda. La otra también tenía tomatitos, cebolla, olivas negras, aceite de oliva y sal gorda. En ambas, repartí bien con los dedos el aceite por toda la superficie, para impregnarla bien y que no se secará durante el horneado. La podéis incluso dejar sin condimentar, aunque os recomiendo siempre poner el aceite y el toquecito de sal gorda, ¡le queda increíble!
Paso 7:
Lo llevaremos al horno durante unos 25-20 min y, antes de cerrar la puerta, espolvorearemos 8-10 pulverizaciones de agua (con el típico pulverizador de agua para plantas o pelo, nada complejo). Primero lo puse en la mitad baja, con calor arriba y abajo. A los 15-20 min lo subí y le puse la opción de gratinar. Pasado este tiempo, comprobaremos con un palillo que saliera limpio, y la retiraremos. Recién sacadas, las pasaremos a una rejilla para que enfríen y no se humedezcan.
No hay que esperar a que enfríen mucho, pues con un toquecito caliente también están muy ricas, aunque sí deberemos esperar a poderlas al menos cortar. Aquí las formas también son libres, en cuadrados, líneas, triángulos…
Vivan las focaccias ??