Como ya sabéis, por aquí estamos esperando a que de forma inminente el bollito quiera salir del horno de su mami y por fin poderle ver la carita. Ya lleva unos días de retraso y yo he encontrado refugio en la cocina para no aburrirme tanto las largas horas del día. Soy un culo inquieto y la verdad que lo de llevar casi 1 mes de baja se me está haciendo durillo, sobretodo porque me encuentro fenomenal y querría estar haciendo de todo jajajaja.
En fin, a lo que iba, que como siempre me enrollo. Para distraerme me he animado a preparar unos croissants de hojaldre casero rellenos de chocolate, pues como necesitan calma, paciencia y rato, qué mejor este momento de espera para hacerlos. Os seré sincera, siempre me ha dado pánico lanzarme a preparar crusanes caseros, sobretodo por lo que implica hacer hojaldre casero. Pero me topé con la receta de la maravillosa Lorena de Cravings Journal, y la verdad que lo explica taaan bien y te da tanta confianza, que me lancé a la piscina. Y ya os digo, da respeto, pero si seguís el paso a paso al detalle y os lo tomáis con calma, os saldrán increíbles, ya veréis!! Ah, especifico! Como comenta Lorena, se trata de un hojaldre pero con levadura (ya que el hojaldre normal no lleva levadura), pero bueno es para entendernos que es una masa que se hojaldra, pero que a la vez leva (lo que le da la esponjosidad y aire de un pan).
¿A quién no le gusta un buen croissant? Doradito por fuera y jugoso y blandito por dentro, con un laminado marcado y un tradicional sabor a mantequilla, ufff se me hace la boca agua. La verdad que los franceses crearon una verdadera obra de arte, ya que además están deliciosos tal cual, con cualquier mermelada o confitura, con relleno salado (a modo sandwich),…
Si os gusta acompañar vuestros desayunos de fin de semana con un dulcecito o sois de los de daros un capricho el domingo e ir a la panadería a por algún dulce con el que homenajearos, esta receta es la solución a todo. Empezar la mañana con unos croissants caseros de chocolate no tiene precio, la verdad es que no tienen nada que envidiarle a los de panadería. En cuanto lo probéis ya os digo que querréis repetirlos todas las semanas!!
Y sino, recordad que en la sección de dulces del blog tenéis infinidad de recetas, desde galletas, pasando por muffins/cupcakes, opciones saludables, tradicionales, smoothies,…
Esta misma receta os puede servir para hacer napolitanas, cronuts, cruffins,… También podéis obviar el chocolate de la receta y hacerlos sin nada, o rellenarlos de cremas de frutos secos, cabello de ángel, queso,… Incluso podéis ponerle algún topping como almendras laminadas, avellanas picadas, azúcar glas (una vez enfriados); o para la versión salada queso rallado, tomate, especias,… ¡Para gustos colores! Innovad y probad vuestras propias versiones. Y no dudéis en compartir conmigo el resultado, mencionándome en Instagram con @virutasdelimon, así no me perderé detalle!
Ah! Los croissants se congelan súper bien una vez cocinados (duran hasta 1 mes en un recipiente hermético o bolsas bien selladas), luego simplemente hay que hornearlos unos minutos (con el horno pre-calentado a 200ºC) y quedan como nuevos. Así que si creéis que 8 crusanes van a ser muchos, no intentéis reducir las cantidades, sobretodo si como yo no tenéis experiencia con este tipo de masas, ni que eso os eche para atrás, simplemente los congeláis después. ¡Desayuno para varios findes listo!
¡Vamos a por ello!
Tiempo total: 90 min + reposos + refrigerados
Raciones: 8 croissants
Dificultad: Media
Ingredientes:
- 600 gr harina de trigo todo uso o harina de fuerza
- 10 gr levadura seca para pan
- 60 gr azúcar blanco
- 12 gr sal
- 360 ml agua tibia (40ºC)
- 250 gr mantequilla a temperatura ambiente, pero algo firme
- 100 gr chocolate negro/fondant en tiras finas (como bastoncillos)
- Para pintar: 1 huevo + 1 cda agua
Elaboración:
Paso 1:
Empezaremos mezclando en un bol los secos: la harina, la levadura, la sal y el azúcar. Haremos un hoyo y en el centro verteremos el agua. Empezaremos mezclando con una cuchara o espátula y, cuando cueste, lo pasaremos a la encimera y amasaremos 20 min. Debemos conseguir una masa elástica, homogénea y bien lisa. Podemos hacer le proceso a máquina/robot, entonces con 10 min será suficiente.
Paso 2:
Haremos una bola, la pondremos en un bol y la llevaremos a un lugar cálido 1 hora.
Paso 3:
Mientras leva la masa, prepararemos la mantequilla. Primero haremos un sobre para envolverla y estirarla. Para ello cogeremos una hoja de papel A4 y lo envolveremos con una hoja de papel de horno o papel de mantequilla, que lo doblaremos alrededor de la hoja, por los bordes y encerrando dentro la hoja.
Retiraremos la hoja A4 y en su lugar, en el centro, pondremos la mantequilla. Cerraremos el sobre, dejando las dobleces/cierres hacia abajo. Entonces con un rodillo estiraremos la mantequilla hasta que rellene todo el sobre, hasta las esquinas, y de forma que esté bien plano y listo, parejo en toda la superficie. De esta manera nos lo llevaremos a la nevera hasta que tengamos que hacer el laminado.
Paso 4:
Cuando la masa haya levado, la volcaremos en la encimera y la desgasificaremos. La aplanaremos un poco y le daremos una forma rectangular. Envolveremos en film y nos la llevaremos 30 min a la nevera, para igualar su temperatura con la de la mantequilla.
Paso 5:
Pasado el primer refrigerado, podremos empezar el laminado. Para ello enharinaremos ligeramente la superficie y estiraremos la masa con un rodillo de manera que a lo ancho y por abajo tenga 2 cm más que la lámina de mantequilla y a lo largo (alto, por arriba) tenga 1/3 parte de más del largo de la mantequilla. Os dejo un dibujo para que no haya dudas:
Paso 6:
Doblaremos el tercio sin mantequilla sobre el segundo tercio, de manera que cubramos la mitad de la mantequilla (nos quedará un cuadrado). Después doblaremos el tercio con mantequilla sobre el que no tiene, tapando la capa anterior, de manera que consigamos 3 capas de masa y 3 capas de mantequilla.
Paso 7:
Si veis que la mantequilla no está demasiado blanda podéis seguir con este paso que os cuento ahora, pero si veis que está blandita y se os puede salir, mejor refrigerar la masa envuelta en film 30 min (dependerá mucho de cuándo hagáis los croissants, de la temperatura ambiente, de la temporada,…).
Si la masa está bien, volveremos a enharinar la superficie para que no se nos pegue, y la estiraremos solo a lo largo, en el sentido contrario al doblez que hicimos en el paso anterior, hasta conseguir que la masa tenga 50 cm de largo. Con un pincel retiraremos el exceso de harina y volveremos a hacer unos pliegues. Doblaremos la masa en 3 del mismo modo que hicimos en el paso 6; de este modo tendremos 9 capas.
La aplanaremos un poco con el rodillo, apretando muy ligeramente para unir las capas, envolveremos en film y refrigeraremos entre 30 y 60 min (dependerá sobretodo de la temperatura ambiente y de cómo esté la mantequilla, nos interesa que esté más bien durita).
Paso 8:
Tras el refrigerado (no os asustéis si os ha levado), volveremos a enharinar la superficie y volveremos a estirar la masa igual que en el paso 7, en el sentido contrario a la doblez, siempre manteniendo la forma rectangular y hasta conseguir 50 cm de largo (el ancho será el que tenga la masa y quizás se alargue un poco por el estiramiento). Repetiremos también el doblado en 3 igual que en el paso anterior. De nuevo envolveremos y refrigeraremos 30-60 min.
En este punto, si deseado, podríamos refrigerarlo toda la noche. Crecerá bastante, así que aseguraros que está bien envuelta. Si la dejáis toda la noche, la mañana siguiente deberéis dejar que la masa atempere antes de trabajarla, entre 30-60 min (según temperatura ambiente).
Paso 9:
Después del reposo en nevera del paso 8, enharinaremos la superficie y volcaremos la masa. La estiraremos con el rodillo hasta conseguir un rectángulo de 30×40 cm, siempre asegurando mantener la forma rectangular. El grosor será de aprox 0,5-0,7 mm. Entonces recortaremos los bordes para que queden bien rectos.
No tiraremos los bordes, luego los podemos unir, estirar y formar mini rolls o rollitos.
Paso 10:
Una vez tengamos el rectángulo final, haremos una marca en ambos lados de la masa (a lo largo) cada 10 cm. Luego cortaremos con un cuchillo bien afilado los triángulos, yendo de una marca a otra, creando los rectángulos. En total tendremos 8 triángulos, como os enseño en la referencia:
Paso 11:
Estiraremos con cuidado la base de cada triángulo para agrandarla y estiraremos a lo largo para alargar la masa. Quitaremos el exceso de harina con las manos o un pincel y pondremos en la base una tira de chocolate (de unos 8×0,5 cm). Enrollaremos la masa empezando por la base (dejando el chocolate dentro) y llegando hasta la punta, que presionaremos un poco contra la masa. Dejaremos la punta hacia abajo, apretaremos un poco el croissant y lo colocaremos sobre una bandeja de horno antiadherente, con un tapete de silicona o papel vegetal. Repetiremos el proceso con el resto de triángulos, hasta tener los 8 croissants, y debemos colocarlos bastante separados los unos de los otros (mínimo 5-7 cm).
Podéis no ponerle el chocolate y simplemente enrollar, para así tener croissants básicos que podamos rellenar una vez cocinados de dulce o salado.
Paso 12:
Batiremos el huevo con el agua y pintaremos todos los croissants. Luego nos llevaremos las bandejas a un lugar cálido para que leven entre 1:30 y 2 horas.
Paso 13:
Pasado el último levado, pre-calentaremos el horno a 200ºC. Volveremos a pintar todos los croissants, esta vez con mucho cuidado para no quitar el aire conseguido en el leudado, y cuando el horno esté caliente los cocinaremos 25-30 min. Deben estar bien doraditos por fuera, pero también jugosos y cocinados por dentro.
Paso 14:
Al sacarlos del horno los dejaremos unos 10 min en la misma bandeja, porque estarán algo frágiles. Luego los pasaremos a una rejilla para que no se humedezcan y esperaremos a que enfríen por completo antes de cortarlos o consumirlos.
Recordad que una vez hechos y enfriados se pueden congelar, hasta 1 mes. Arriba en la intro os he explicado un poquito más sobre este detalle.
Enjoy!