¡Un clásico donde los haya! Me imagino que todos sabréis lo que es un brownie, ese bizcocho de intenso chocolate negro, irresistiblemente jugoso y húmedo por dentro y envuelto en una capa quebradiza y crujiente… ufff sólo de pensarlo se me hace la boca agua. Yo me volví adicta al brownie cuando viví en Londres unos meses trabajando como au-pair. La madre de la familia con la que vivía lo preparaba constantemente y no había vez que no le saliera perfecto. Antes de volverme a casa le pedí por favor que me escribiera la receta porque no podía vivir yo sin preparar esa maravilla. Y hasta hoy sigo usando las indicaciones que me dio y ¡no falla nunca!
El brownie es muy fácil de hacer y además se elabora con ingredientes que todos tenemos en nuestra despensa. En casa lo preparamos muy a menudo cuando tenemos alguna celebración o invitados, porque es muy rápido de preparar y el resultado no defrauda. Solo hay un punto en el que tenemos que ser muy cuidadosos y es el punto de cocción, esa es la clave de la receta. Mi truco es dejarlo un poco crudo, porque el chocolate al enfriarse endurece un poco y nadie quiere un brownie seco.
Si tú también quieres levantar pasiones, ¡anota esta receta!
Ah, antes de acabar, pasaros por el blog a ver otras recetas de brownie (que hay muchas), y si os surgen dudas, hace poco os dejé destacados unos stories en mi perfil de Instagram.
Tiempo total: 35 min
Raciones: 1 tarta
Dificultad: Baja
Ingredientes:
- 165 gr mantequilla
- 200 gr chocolate negro para postres
- 3 huevos
- 2 cditas extracto vainilla
- 85 gr azúcar blanco
- 65 gr panela
- 30 gr harina trigo
- 15 gr cacao puro en polvo
- 1/2 cdita bicarbonato sódico
- 1 pizca sal
- Un puñado de nueces (opcional y al gusto)
- Azúcar glas para decorar (opcional)
Elaboración:
Paso 1:
Empezaremos derritiendo en un cazo el chocolate junto a la mantequilla, a fuego muy bajo y sin dejar de remover. Cuando esté todo bien derretido e integrado, lo retiraremos del fuego y lo reservaremos. También pre-calentaremos el horno a 180ºC.
Paso 2:
En un bol cascaremos los 3 huevos y los batiremos a mano o con unas varillas eléctricas hasta que tripliquen su tamaño y queden bien espumosos y voluminosos.
Paso 3:
Mezclaremos los dos azúcares y los agregaremos a la mezcla anterior en dos tandas, removiendo bien entre una y otra.
Paso 4:
Recuperaremos la mezcla de chocolate y mantequilla que teníamos reservada (que no pasa nada si todavía está caliente) y la agregaremos al bol. Lo removeremos con una espátula y movimientos envolventes, para mantener el volumen que hemos conseguido al batir los huevos. Cuando tengamos una mezcla y color uniforme, sabremos que está listo.
Paso 5:
A continuación tamizaremos la harina, el bicarbonato y el cacao, agregaremos también la pizca de sal, y lo mezclaremos de nuevo con movimientos envolventes. Cuando esté todo bien homogéneo, y si lo deseamos, trocearemos las nueces dentro e integraremos de nuevo.
Paso 6:
Cubriremos una bandeja de cristal o aluminio rectangular o cuadrada con papel vegetal o de horno y dentro verteremos la mezcla del bizcocho. También podemos hacerlo directamente en un molde, previamente engrasado. Con la ayuda de una espátula nos aseguraremos que no quede nada en el bol y que se distribuya de forma homogénea por toda la superficie, evitando que durante el horneado suba más de un lado que de otro.
Paso 7:
Lo llevamos al horno, a media altura, con calor por arriba y por abajo unos 25 min. Para saber si está, os recomiendo que pinchéis con un palito y mováis el molde. Aunque salga algo «sucio», si movéis el molde y veis el bizcocho consistente ya lo podéis sacar. El brownie tiene la característica de estar algo crujiente por fuera pero jugoso por dentro y dejándolo ligeramente crudo es como se conseguirá esa textura. Al enfriar, el chocolate se endurece un poco, por lo que si lo cocinamos de más nos quedará muy seco.
Lo dejaremos enfriar en el mismo molde, ya que si intentemos desmoldarlo, al estar el chocolate caliente y algo húmedo se nos desmontaría. Cuando esté completamente frío, si lo deseamos, le podemos espolvorear azúcar glas por encima.
Lo cortaremos en pequeños trocitos de la misma medida y listo para devorar.
¡Os faltará tiempo para hincarle el diente!