Este bizcocho de calabaza y cacao es un must, perfecto para el desayuno o la merienda, porque su elaboración es muy sencilla, con ingredientes muy básicos y saludables. No hay excusa para no darse un capricho dulce, porque es un bizcocho saludable con un toque de cacao y especies increíble y una textura densa y esponjosa a la vez. Además, si tenéis la calabaza ya cocida, como era mi caso porque había preparado mi súper Batch Cooking de primavera, solo os llevará el tiempo de horneado. ¡Receta de aprovechamiento a tope!
¿Sabías que la calabaza es un alimento digestivo y ligero, puesto que tiene pocas calorías? Por eso es altamente recomendado para preparar recetas de repostería. Aunque el bizcocho lo he preparado en un molde tipo plum cake, podéis también utilizar otro molde que tengáis a mano. El resultado es un bizcocho muy esponjoso, con una miga densa pero húmeda, sabroso y sano, sin azúcares o harinas refinadas. Me encanta el toque que le da la calabaza a los postres, en el blog veréis que la uso mucho, y cuando probé esta receta, uffff, ¡me volví loca! Pienso preparar esta delicia muy a menudo ?
Tiempo total: 50 min (si tenéis la calabaza cocida)
Raciones: 1 molde plum cake
Dificultad: Baja
Ingredientes:
- 2 tazas harina de espelta o integral (250 gr aproximadamente)
- 300 gr puré de calabaza
- 150 gr panela orgánica
- 90 ml aceite de oliva o de coco
- 2 huevos orgánicos
- 100 ml leche de almendra (u otra leche vegetal)
- 1 cda levadura química
- 1 pizca sal
- 1 cdita canela en polvo
- 1 cdita jengibre en polvo
- 4 cdas cacao puro
- Pipas calabaza para decorar (opcional)
Elaboración:
Paso 1:
Si no tenemos la calabaza cocida, el tiempo de receta se alargará un poco, pues tendremos que cocinarla y dejarla enfriar. Como esta receta forma parte de mi Batch Cooking, ya la tenía lista, pero si no la habéis asado tenéis dos opciones: cocinarla en el horno, partida por la mitad boca abajo, a unos 200ºC y durante aproximadamente 30 o 40 min. O al microondas, en un plato y cubriendo todo el plato con una bolsa de plástico fina (tipo las del súper para la fruta o de congelar). Si usáis esta técnica os recomiendo cocinarla en tandas de 3 o 5 min e ir controlando la consistencia, puede llevaros entre 10 y 20 minutos. Cuando esté tierna la dejáis enfriar en la encimera y cuando esté completamente fría, le retiraremos la piel y la chafaremos hasta conseguir una especie de puré.
Paso 2:
En un bol grande mezclaremos los ingredientes secos (excepto el cacao): la harina, la panela, la levadura, las especies y la sal. Removeremos bien.
En un bol a parte mezclaremos los líquidos: el aceite, los huevos, la bebida vegetal. Cuando los tengamos bien integrados, añadiremos el puré de calabaza y removeremos bien para que no queden grumos. Luego verteremos los ingredientes secos sobre los líquidos y mezclaremos bien con una espátula o varillas de mano hasta que esté todo completamente integrado y no veamos grumos o restos de harina.
Paso 3:
Dividiremos 1/3 parte de la masa y la pondremos en un bol a parte. A este tercio le agregaremos las cucharadas de cacao y volveremos a mezclar muy bien hasta que quede bien integrado y quede «teñida» toda la masa.
Paso 4:
Forraremos el molde con papel de horno y procederemos a rellenarlo. Para darle un toque diferente y divertido y para que se vieran bien los dos ingredientes clave de la receta, la calabaza y el cacao, lo preparé tipo marmolado, es decir mezclando en diferentes capas dos masas distintas para que forme una especie de dibujo. Así pues, verteremos la mitad de la mezcla de calabaza en la base, sobre esta verteremos toda la masa de cacao y con una cuchara o tenedor haremos una serie de dibujos para mezclar ambas masas. Por encima verteremos el resto de la masa de calabaza.
Decoraremos con unas pipas de calabaza y cubriremos el molde con papel de aluminio. Es un bizcocho que tiene un horneado largo, si no cubrimos la superficie se nos quemará antes de que esté cocido. Lo llevaremos al horno, pre-calentado a 170ºC, durante unos 40 o 45 minutos o hasta que pinchemos el centro con un palillo y salga limpio. Cuando queden unos 10 o 15 min de horneado retiraremos el papel de aluminio para que pueda dorarse la superficie y pueda cocerse bien.
Paso 5:
Cuando saquemos el bizcocho del horno, lo dejaremos templar en una rejilla durante unos 20 min. Después lo sacaremos con el papel vegetal y lo volveremos a dejar sobre una rejilla para que enfríe por completo.
¡Y listo! Lo ideal es cortarlo en rebanadas e intentar no acabarlo todo el primer día ?
Si lo guardamos en un recipiente hermético o una caja a temperatura ambiente, nos aguantará bien unos 4 o 5 días. Podéis acompañar vuestros desayunos con esta delicia o incluso hacerlo el protagonista: podéis untarlo con un poco de mantequilla vegetal (aquí os cuento cómo preparar mi preferida, la mantequilla de almendras) y algunas frutas, un té o un café ¡y a tope para empezar el día!