Lo tradicional que nunca falte, ¿no? Y además si es con una receta tan fácil y rápida como esta, ¡mucho mejor! Con unos pocos ingredientes y un yogur (sí, todas las mediciones las haremos con un yogur), conseguiremos este delicioso y tradicional «Pa de pessic» (como lo llamamos aquí en Cataluña), o lo que es lo mismo un bizcocho de yogur, fácil y aromatizado con ralladura de limón.
Lo mágico e increíble de este bizcocho es su textura y esponjosidad. Es un bizcocho súper suave y que tiene aroma a clásico, a tradición. En casa esta receta de pa de pessic es la que hacemos desde siempre y que he visto hacer a mi madre en infinidad de ocasiones para cumpleaños o reuniones familiares. Nunca falla y le encanta a todos. Es una mezcla o bizcocho súper versátil, pues se puede rellenar de fruta, chips, frutos secos, cacao… Y además es la receta perfecta para rellenar o cubrir. Lo partimos por la mitad y lo rellenamos de lo que sea. Incluso si lo hacemos en un molde con un diámetro más pequeño, pero con más altura, podemos cortarlo en varias capas o niveles y rellenar de mermelada, mantequillas varias, chocolate,… También se puede dividir la masa en varios moldes más pequeños y luego rellenar entre capas de bizcochos. Finalmente, otra idea, es cubrirlo por encima de chocolate, nata montada, mermelada, fondant,… Es un bizcocho ideal para preparar pasteles decorados.
¿Vosotros tenéis algún postre que os traslade a la niñez? Para mí es este bizcocho, bueno y los panellets. Son esas recetas de toda la vida que no faltan nunca y que van pasando de madres a hijos. Y concretamente este bizcocho es una de esas recetas que hay que tener a mano en cualquier recetario porque te salvan de muchas. Con ingredientes muy básicos, y que mucho seguro que tenemos en nuestra despensa, podemos preparar un postre delicioso, para un cumpleaños, una celebración o un capricho de fin de semana. Es dulce pero nada empalagoso y su jugosidad es lo que más lo caracteriza. Y es que además, con el pasar de los días, no endurece, sigue estando igual de esponjoso. Si no se tapa bien, quizás la superficie se pone algo más seca, pero nada que un buen café, vaso de leche o chocolate caliente no puedan arreglar.
¿Quien no recuerda tardes de meriendas infantiles o cuando era tu cumpleaños y tenías que llevar un postre al colegio? Y de cuando no nos conformábamos con la bollería industrial y un buen bizcocho casero siempre triunfaba. Y no sé vosotros, pero esta fue una de las primeras recetas que hice en casa, creo que muchos, cuando hemos tenido que llevar algún dulce a una fiesta o comida, hemos optado por este postre por su sencillez.
Si os gustan este tipo de recetas, estilo bizcocho, sí o sí tenéis que probar esta receta. Además, si quisierais, podrías repartir la masa en cápsulas de magdalenas, ponerle un poquito de azúcar por encima (para que se cree ese copetito dulzón y crujiente) y ya tenéis otro postre ideal con la misma masa.
Para conseguir una masa perfecta os recomiendo usar los ingredientes a temperatura ambiente, y si puede ser de buena calidad, y evitar los grumos de harina, por eso es clave tamizarla y remover bien. Más abajo también os lo explico, pero podríais sustituir la harina de repostería que uso por harina de trigo todo uso, por harina integral e incluso harinas tipo de avena o espelta.
Mi lema es: que nunca falte un buen bizcocho tradicional y el increíble aroma que desprende por toda la casa.
¡Vamos allá!
Tiempo total: 45 min
Raciones: 1 bizcocho
Dificultad: Baja
Ingredientes:
- 4 huevos
- 1 yogur de limón (o natural)
- 1 yogur de aceite de oliva
- 2 yogures de azúcar
- 3 yogures de harina de repostería (o de trigo o integral)
- 1 sobre de levadura química (Royal)
- 1/2 yogur de agua
- Ralladura de 1 limón o naranja (opcional)
- 1 cdita canela (opcional)
- 1 cdita azúcar avainillado o extracto de vainilla (opcional)
Elaboración:
Paso 1:
Empezaremos separando las claras de las yemas de todos los huevos. Dejaremos las yemas reservadas en un bol o vaso, mientras montamos a punto de nieve las claras. Deberemos conseguir picos firmes. Podemos hacerlo con un robot de cocina, unas varillas eléctricas o a mano, lo único que cambiará es el rato y el esfuerzo que vamos a necesitar en cada caso. Mientras también pre-calentaremos el horno a 170ºC.
Paso 2:
A continuación agregaremos las yemas y removeremos muy bien hasta integrarlas. De nuevo, podemos hacer todo el proceso con un robot o varillas eléctricas o con unas varillas manuales.
Paso 3:
Seguidamente verteremos el yogur. No debemos agujerearlo, sino no podremos usarlo como medidor. Con unos golpes en la base o con la ayuda de una cuchara, sale sin problemas. También removeremos muy bien hasta integrar.
Paso 4:
Verteremos el aceite en el vaso del yogur ya vacío, hasta llenarlo, pero sin llegar hasta el extremo. Después lo iremos agregando al bol anterior con mucho cuidado, con un chorrito fino y constante, a la vez que vamos removiendo para que se integre.
Paso 5:
Es el momento del azúcar. Como hemos hecho con el aceite, rellenamos el vaso del yogur de azúcar, hasta arriba, y lo verteremos sobre la mezcla. Primero agregaremos 1 vaso, removeremos e integraremos. Después repetiremos el proceso con el segundo vaso. Os comento que podéis usar azúcar normal, pero también moreno o panela, incluso azúcar de coco, o una mezcla de varios. Pero como os quería mostrar la receta clásica he optado por azúcar blanco normal.
Paso 6:
Igual que con el aceite y el azúcar, agregaremos los vasos de harina, tamizándola antes de verter en el bol. Podemos hacerlo todo de una o por vasos, pero lo que sí que debemos hacer es remover hasta no ver ni grumos ni rastros de harina. Podemos repasar con una espátula. Aprovecharemos también para tamizar el sobre de levadura.
Paso 7:
Para conseguir una textura más ligera y esponjosa, añadiremos el medio vaso de yogur de agua (nunca más) y batiremos para que se reparta bien por toda la masa. De forma opcional podemos agregar ralladura de un limón, canela y azúcar avainillado o extracto. No es obligatorio, pero los aromas y sabor que dan son exquisitos. Para mí lo que nunca puede faltar es la ralladura de limón (o en su defecto de naranja), porque el sabor que le da es realmente exquisito, y también el que me traslada a la niñez. Removeremos hasta integrar y conseguir una masa uniforme y fluida.
Paso 8:
Engrasaremos el molde en el que queramos cocinarlo o pondremos papel vegetal en la base. Puede ser redondo o cuadrado, con formas, desmoldable o no (en este caso muy recomendable cubrir con papel vegetal si queremos desmoldarlo),… Solo tened en cuenta que debe tener más o menos el doble de espacio para crecer.
Lo llevaremos al horno, durante unos 30 minutos, aproximadamente. Antes de sacarlo deberemos asegurarnos que, si clavamos un palillo o cuchillo, sale limpio. Cuanto más grande sea el molde, y por tanto más repartida quede la masa, más rápido se cocerá. Si es más pequeño y más alto, puede tardar hasta 45 min o más.
Si veis que se os quema por arriba, pero no está cocinado, podéis poner una bandeja en la parte superior, para que el calor no llegue tan directo al bizcocho, o taparlo con papel de aluminio. En cualquier caso, nunca abráis el horno hasta no haber superado la mitad del tiempo de horneado o se os bajará y creará un agujero en el centro.
Al sacarlo, lo dejaremos 10-15 minutos en el mismo molde para que enfríe, veremos que se contrae un poco, y luego lo desmoldaremos y colocaremos en una rejilla para que termine de enfriar.
Y voilà, listo para degustar. ¡Os prometo que es toda una delicia!
Que es yogur de agua???
Hola! Me refiero a medida de yogur. Como has visto, toda la receta se hace con las medidas del yogur, pues en este caso lo que hay que hacer llenar el vaso de yogur hasta la mitad con agua. Todo claro? 😊 Un saludo!