En verano lo que más apetece es algo fresquito y, si viene acompañado de un sabor exquisito, ¡mejor que mejor! Además, a todos nos gusta cuidarnos, así que todo los postres que sean saludables para mantener la línea serán bien recibidos. Con esta premisa os presento estas barritas heladas de limón, muy cremosas, con un aroma a anacardos y una base crujiente llena de vitaminas y sabor (nueces, dátiles, almendra, coco…). Un snack súper healthy y refrescante, que además de ser vegetariano, es sin gluten y sin lactosa.
Este postre se prepara en menos de media hora (aunque hay que refrigerarlo unas horas) y es perfecto para los días de calor y el final perfecto de cualquier comida veraniega. Es una opción perfecta para los que necesitan un desayuno grab&go, es decir, para aquellos que no tienen tiempo y necesitan tener algo ya preparado que solo tengan que sacar de la nevera y comer. Además es un desayuno o merienda súper frescos y que nos ayudará a combatir el calor en los meses más cálidos.
Te he convencido, ¿verdad?
Tiempo total: 30 min + 4h de enfriado
Raciones: 9-12 barritas
Dificultad: Baja
Ingredientes base:
- 80 gr nueces o 100 gr anacardos (remojados en agua durante 4 horas)
- 40 gr harina de almendra o almendra picada
- 5 dátiles medjoul (mejor si remojados en agua durante 3 horas)
- 10 gr aceite de coco
- 1/2 cdita canela
- 1 cda nibs de cacao (opcional)
Ingredientes relleno:
- 200 gr anacardos remojados en agua durante 4 horas
- 115 gr leche de coco
- 55 gr aceite de coco
- 75 gr sirope de agave
- 1 limón grande (el zumo y la ralladura)
- 1 cda extracto de vainilla
- Frambuesas para decorar (o fruta al gusto)
- 1 cda nibs de cacao para decorar (opcional)
- Canela para decorar (opcional)
Elaboración:
Paso 1:
Empezaremos preparando la base. Será muy sencillo, pues simplemente tendremos que poner todos los ingredientes listados anteriormente en una picadora o procesador de alimentos y triturarlos juntamente hasta conseguir una masa homogénea y compacta. Cuando no veamos restos gruesos de ninguno de los ingredientes, lo retiraremos.
Paso 2:
Prepararemos un molde cuadrado o alargado, apto para el congelador (incluso puede ser un tupper de cristal o molde de plástico) y lo forraremos con papel vegetal. Lo importante es que tenga como máximo una anchura de 20 cm, para la cantidad de masa indicada. Después verteremos toda la mezcla anterior y con la ayuda de una cuchara presionaremos para que quede bien compacto y uniforme. Debemos asegurarnos que queda bien repartido por toda la superficie y con el mismo grosor en toda la base.
Lo llevaremos a la nevera mientras preparamos el relleno.
Paso 3:
El relleno también es muy sencillo: en una batidora o procesador de alimentos pondremos todos los ingredientes de la lista y, como anteriormente, los batiremos bien hasta que queden triturados. Cuando veamos que no hay grumos y que todo está bien integrado, en una masa lisa, recuperaremos la base de la nevera y lo verteremos encima. Con una espátula y unos golpecitos lo estiraremos bien para que quede bien repartido y con un grosor uniforme.
De forma opcional, a modo de decoración repartiremos unas cuantas frambuesas y algunos nibs de cacao. No presionaremos demasiado para que no se hundan mucho. Lo llevaremos al congelador un mínimo de 4 horas.
Paso 5:
Para servirlo, podemos retirarlo del molde estirando del papel vegetal y recortarlo en pequeñas barritas o cuadrados para que sea más sencillo comerlo o coger pedacitos del congelador cada vez que nos apetezca un poco de dulce. Dependiendo del calor que haga, con retirarlo entre 5 y 10 min antes será suficiente para comerlo en su punto perfecto.
¡Feliz verano!




