Me encantan las sopas y cremas de verduras, soy de las que las comen todo el año, haga frío o calor.
Últimamente me he aficionado mucho a esta crema de calabaza y ricotta, súper sencilla de preparar. Es una alternativa saludable y facilísima de preparar una crema de verduras, dándole un extra de sabor. Para empezar, asamos la calabaza al horno en vez de hornearla, lo que le dará un toque muy rico. Y lo complementaremos con el queso ricotta, muy cremoso y suave, caldo de verduras y varias especias. Toda una maravilla. Este puré de calabaza es muy nutritivo y disfrutamos de todo el sabor de la calabaza y sus vitaminas.
Es una receta ideal para preparar en grandes cantidades (incluso os diría que si queréis podéis doblar la cantidad) y refrigerarla para tener varias comidas durante la semana. En un recipiente hermético en la nevera os aguanta hasta 5 días en perfectas condiciones.
Si no encontráis queso ricotta o no os gusta, podéis sustituirlo por requesón. O incluso otra variedad de quesos tipo mozzarella, parmesano,… Incluso, para añadirle proteína, podríais picar encima un huevo duro, le queda genial. Las cremas de verduras son ideales para el otoño y el invierno, geniales para incluir en las comidas o cenas un montón de verduras nutritivas. Además son muy prácticas: se asa o se hierven un montón de verduras (el horno o el fuego lo hacen solos) y se tritura con algún caldo o agua, así de sencillo.
Abajo os dejo la sencilla elaboración y en mi post de Instagram también os he dejado un mini vídeo con el proceso.
Tiempo total: 10 min (si la calabaza está asada)
Raciones: 4 raciones
Dificultad: Baja
Ingredientes:
- 500 gr calabaza asada
- 100 gr queso ricotta
- 50 gr parmesano o queso curado
- Sazón: sal, pimienta, jengibre molido, nuez moscada, ajo en polvo
- 600 ml agua o caldo vegetal o mix de ambos
- Toppings: pipas calabaza, semillas de lino y quesos
Elaboración:
Paso 1:
En un vaso batidor o una procesadora pondremos la calabaza ya asada y bien blandita, los dos quedos y el sazón. Trituraremos un par de minutos y a continuación, mientras trituramos, iremos agregando el líquido. Podéis ajustarlo en cantidad (más o menos), según la consistencia deseada. Si lo queréis más espeso quizás con 500 ml tenéis bastante, y si lo queréis más líquido podéis ponerle más. Por eso os digo de ir agregando poco a poco, para controlar la consistencia.
Paso 2:
Serviremos caliente en boles y decoraremos con un poco de queso ricotta, unas pipas de calabaza y unas semillas de sésamo.
Voilà, un plato súper sencillo y de lo más saludable, ideal para acompañar una comida o como cena.