¿No tenéis la sensación de que el arroz con leche es como una seña de identidad gastronómica de nuestro país? Desde que tengo uso de razón soy fan absoluta del clásico arroz con leche. Mi abuela me lo prepara siempre que voy a verla y en casa estoy constantemente calentando leche para cocinarlo. Sí sí, ya os digo que lo mío es obsesión. Es un postre que se puede servir frío, templado o caliente según la época del año, y que se prepara de forma muy fácil con ingredientes muy sencillos y que todos tenemos en nuestras cocinas. Se suele adornar con un poco más de canela antes de comerlo, aunque si queremos darle un toque diferente podemos hacerlo al estilo asturiano, espolvoreando un poco de azúcar por encima y caramelizándolo con un quemador para conseguir una irresistible costra.
Si me seguís hace tiempo, sabréis que esta receta lleva tiempo en el blog, pero tenía ganas de hacer nuevas fotos para actualizarlas en el post. Y no se me ha ocurrido mejor día que hoy, para demostraros que con muy poco podemos conseguir resultados maravillosos. Aprovechando que reeditaba las fotos, también he querido revisar el contenido del post. Hoy justo es un día un poco «triste», pues estamos de confinamiento en casa debido a la epidemia del Coronavirus. Espero que estas palabras, en unos meses, sean solo un mal recuerdo, pero la verdad que es una situación extraordinaria y en la que todos debemos sumar. Y una de las claves es que todos nos quedemos en casa hasta nueva orden, ¿y no creo que sea tan difícil no? Podemos aprovechar para poner un poco de pausa a nuestras vidas tan ajetreadas y para hacer toda esa lista de cosas que siempre tenemos pendiente y que nunca hacemos. Dentro de esta lista de quehaceres creo que una muy buena idea es tener tiempo para entrar en nuestras cocinas y disfrutar de nuestro tiempo cocinando. Hoy me levanté con ganas de dulce, pero como no había planificado ninguna receta no tenía muchos ingredientes con los que preparar un buen postre. Pero entonces se me ocurrió que con un poco de leche, arroz y azúcar (principalmente), podía prepararme un sabroso arroz con leche. Más abajo os dejo los ingredientes completos, pero también os cuento que yo por ejemplo hoy no tenía ramas de canela y los sustituí por unas cucharadas de canela. Si no tuvierais limón podríais usar una naranja o mandarinas, y en vez de vaina de vainilla una cucharadita de extracto de vainilla. ¡Imaginación al poder!
Ahora, volviendo a la receta como tal, como ocurre con todas las recetas tradicionales, también para la receta de arroz con leche existen todo tipo de variantes en su preparación y también todo tipo de trucos y consejos. Hay quien prefiere cocer primero el arroz en agua, quien infusiona los aromas en la leche antes de añadir el arroz, quien añade yemas de huevo o mantequilla,… Yo sigo la receta de mi abuela, en la que hervimos la leche con limón y especies para aromatizarla, cocinamos el arroz en la misma leche y lo dejamos un pelín duro el grano para que no quede pastoso cuando enfríe. Además me gusta que quede un pelín líquido para que sea más cremoso, por eso me gusta que no se consuma toda la leche durante la cocción.
Trucos los hay infinitos, pero para mi hay dos trucos que son clave para el perfecto arroz con leche. Por un lado, para que el arroz no se apelmace ni se encalle, es importante poner a cocer todos los ingredientes en frío. Por lo que los pondremos todos en la olla o cazo y luego lo llevaremos al fuego. Por otro lado, creo que la cremosidad en el arroz con leche es otro de sus elementos caractarísticos. Hay quien le echa nata o mantequilla, pero para mi es añadirle ingredientes innecesarios y nada tradicionales. Lo que os recomiendo es usar leche entera (y si es fresca todavía mejor), porque tiene más grasa, además de cocer el arroz a fuego lento, removiendo cada poco tiempo. También os recomiendo que el arroz sea de grano redondo, el de toda la vida, y que no utilicéis otras variedades como los de grano largo, que nunca se pasan, porque este tipo de arroces no absorben bien el agua y no sueltan almidón, algo fundamental para la cremosidad del arroz con leche. ¡Ah! Y el arroz siempre se echa al final del proceso, cuando el arroz ya está en el punto deseado, porque tiene mucha facilidad a quemarse y podría estropear todo el postre.
El punto perfecto al arroz lo pone cada uno, como os decía arriba a mi me gusta un poco duro. Así como la textura. Si os gusta especialmente caldoso, podéis añadirle más leche desde el principio, unos 100 o 200 ml, aunque si por lo contrario os gusta más bien espeso podéis usar algo menos de leche o simplemente dejarlo más tiempo en el fuego. En cuanto a cuánta leche hay que utilizar, lo habitual es 1 litro por cada 100 gr de arroz. Es importante que no dejéis que la leche se pegue al fondo de la olla y también que lo llevéis a ebullición muy lentamente y que no llegue nunca a hervir del todo, que burbujee ligeramente. Remover de forma constante ayudará a evitar esto.
Y ya basta de tanta chachara y pongámonos manos a la obra 🙂
Tiempo total: 45 min
Raciones: 4-6 personas
Dificultad: Baja
Ingredientes:
- 1 L leche entera
- 180 gr arroz
- 1 cáscara de limón
- 3 o 4 ramas de canela (o al gusto)
- 2 vainas de vainilla o 1 cdita de extracto
- 140 gr azúcar (o al gusto)
- 1/2 cdita aroma de azahar (opcional)
- Canela en polvo para decorar (opcional)
Elaboración:
Paso 1:
Empezaremos vertiendo el litro de leche en una olla y, en frío, verteremos el arroz, la piel del limón, las ramas de canela y las vainas de vainilla. Removeremos bien y lo llevaremos al fuego, a media potencia. Debemos mantener un hervor suave durante toda la cocción del arroz, para evitar que se pegue y conseguir una textura cremosa. Si la leche rompe a hervir, bajaremos el fuego para mantener una temperatura suave.
Paso 2:
En cuanto lo pongamos al fuego empezaremos a removerlo, cada 5 min, con una espátula de madera o una lengua pastelera. Es importante que sigamos así durante todo el tiempo de cocción del arroz, que puede tardar entre 25 y 40 min, dependiendo de la variedad de arroz y de cómo os guste el grano. La cuestión es irlo probando hasta conseguir el punto deseado. Cuando tengamos el arroz cocido a nuestro agrado, agregaremos el azúcar. Removeremos un par de minutos más, lo retiraremos del fuego y lo taparemos para que repose 15 minutos.
Paso 3:
Una vez haya reposado, serviremos el arroz en una fuente o en vasitos individuales. Podéis escoger si dejar las ramas de canela y la piel del limón o retirarlo. A mí me encanta saborear y rechupetear las cáscaras y las ramas, así que no las retiro antes de servirlo, pero si lo preferís podéis quitarlas.
Podemos consumirlo en el momento o dejarlo enfriar. A mi personalmente me gusta fresquito, después de un par de horas en la nevera, pero para gustos colores. Si lo deseáis podéis espolvorear un poco de canela por encima y ¡voilà!
Os aguantará bien en la nevera durante unos 3 días.