Esta receta surgió sin mucho pensamiento, estaba preparando la cena y al abrir el cajón de las verduras encontré medio boniato y un trozo de calabacín pocho. También tenía un poco de queso por gastar y no tenía mucho plan de comida para el día siguiente. En pleno confinamiento y con el miedo a salir de casa, nos aseguramos de gastar hasta el último ingrediente antes de salir al supermercado, así que a veces hay que juntar todo y ver cómo queda.
En este caso fue un éxito. Si me seguís por stories, pudisteis ver como yo misma me sorprendí de lo deliciosas que quedaron estas croquetas o bolitas veggie. Fui mezclando ingredientes sobre la marcha, sin calcular mucho las medidas y haciéndolo un poco a ojo y el resultado fue todo un éxito. Y es que no nos engañemos, muchas de las mejores recetas salen así, probando y sin mucha meditación. También hay veces que la cagas, sin duda, pero cómo mola cuando te sale un recetón.
Estas croquetas veggie o bolitas de verduras son muy versátiles, ya que podéis usar lo que tengáis en vuestras neveras o cocinas. De ahí que se llame cocina de aprovechamiento. Hoy las he hecho con boniato y calabacín, pero mañana quizás uso calabaza, berenjena, espinacas… ¡es una receta perfecta para limpiar la nevera comiendo de 10!
En casa somos muy fans de las croquetas, de cualquier tipo. No hace mucho os compartí una receta de croquetas de calabacín y queso al horno, que cocinamos bastante a menudo. Son muy sencillas de preparar y son super jugosas gracias a la bechamel casera, con versión sin gluten añadida. Al usar el horno evitamos las frituras y las hacemos más saludables. En la receta de hoy os enseño otra versión, esta vez sin bechamel, y podréis comprobar como queda igual de jugosas y sabrosas. Son bajas en grasas, pues simplemente hay que hacer un sofrito con las verduras deseadas y combinarlo con el queso deseado, que puede ser también «queso vegano», pero no por ello menos deliciosas. Esta vez yo las freí, pero sin problema se pueden hornear para una versión menos pesada.
Como con toda masa de croquetas o similar, os aconsejo que hagáis masa en cantidad, para así congelarlas y gozar de este manjar en varias ocasiones. Pero ojo, hay que guardarlas rebozadas y sin cocinar. Si las freís u horneáis todas, las podéis conservar en un tupper en la nevera durante 3-4 días.
Tiempo total: 60 min + enfriado
Raciones: 24 croquetas
Dificultad: Baja
Ingredientes:
- 1 boniato
- 1 calabacín pequeño
- 1 cebolla
- 60 gr queso al gusto (opcional)
- 3 y 1/2 cdas pan rallado
- 2 cdas harina integral (o cualquiera)
- 1 huevo para rebozar
- Pan rallado para rebozar
*Nota: podríais usar solo pan rallado o solo harina o variar la proporción según deseado. También puede variar según la cantidad de agua o aceite de las verduras, así que ajustad la cantidad según la consistencia de la masa. Cuando la veáis compacta y homogénea, estará lista. Mejor ir agregando de a poco que hacer una masa demasiado seca.
Elaboración:
Paso 1:
Empezaremos cortando a láminas finas la cebolla. La pondremos en una sartén con un chorrito de aceite y la pocharemos.
Paso 2:
Cuando la cebolla empiece a dorarse, agregaremos el boniato cortado en cubos pequeños. Cuando el boniato esté algo más blando, añadiremos también el calabacín en cubos pequeños.
Seguiremos sofriendo hasta que las verduras estén bien cocinadas.
Paso 3:
Pondremos las verduras cocidas en un plato hondo o un bol grande y dejaremos que atempere unos 10 min. A continuación, será el momento de montar la masa final. Primero chafaremos muy bien las verduras, para tener como una masa unida, pero sin llegar a triturarl. Después agregaremos el queso y removeremos bien con una espátula o tenedor hasta integrar. Finalmente añadiremos el pan rallado y la harina hasta conseguir una consistencia como pastosita, que veamos que podemos manejar. Tened en cuenta la nota que os decía arriba sobre la proporción y cantidad de pan rallado y harina.
Cuando tengamos la masa lista, la taparemos con papel film y nos la llevaremos a la nevera un mínimo de 2 horas o mejor si es toda la noche.
Paso 4:
Cuando la masa haya refrigerado, en un bol batiremos un huevo y en otro pondremos pan rallado. Haremos bolitas (o la forma deseada), las pasaremos por el huevo y las rebozaremos en el pan rallado. Si queréis darle más consistencia, podéis volver a pasarlas por huevo batido y por pan rallado, de manera que tengan doble rebozado. En este punto podemos hacer tres cosas:
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Freírlas: lo haremos en abundante aceite hasta que se doren por completo. Luego las pondremos en un plato con papel absorbente para absorber el exceso de aceite.
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Hornearlas: lo haremos en una bandeja de horno, forrada con papel vegetal, unos 20 o 30 min a 180ºC. Debemos conseguir que se doren, así que el tiempo puede variar según el horno.
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Congelarlas: lo haremos una vez rebozadas pero no cocinadas (ni fritas ni horneadas). Las pondremos en un tupper, recipiente o bandeja, bien tapado con papel film o similar. Os aguantan hasta 3 semanas.
Y listo, ya tenemos unas bolitas de verduras deliciosas. Podéis comerlas solas para una comida o cena ligeras, como aperitivo o acompañado de una ensalada o plato de arroz.