El porridge, típico de Escocia y de origen celta, es el desayuno perfecto gracias a la gran cantidad de propiedades que tiene la avena (como vitaminas del grupo B y E y minerales como hierro, calcio, potasio, magnesio y zinc, además de ser rica en antioxidantes). Su alto contenido en carbohidratos complejos, y de lenta asimilación, facilita la obtención de energía para «largo uso». Esto significa que nuestro cuerpo tarda más en descomponer esos carbohidratos, por lo que nos quedamos llenos más tiempo, y también significa que nuestro cuerpo va a transformar estos carbohidratos en energía de una manera más constante y lenta, por lo que nos dará energía durante más tiempo. Por eso es un desayuno perfecto, para poder afrontar las mañanas con toda la energía necesaria, y su efecto saciante evitará que piquemos entre horas.
Otro puntazo del porridge es su gran versatilidad, gracias al hecho que la avena tiene un sabor muy neutro y hay muchas combinaciones que le vienen de lujo. Se puede preparar con agua o con cualquier tipo de leche, aromatizar con especies o frutas en la misma cocción y complementar con variedad de frutos, especias, endulzantes (naturales a ser posible),… Con una misma base ¡se pueden hacer maravillas! Aunque se cocine a diario, nunca va a ser aburrido.
Como os contaba en mi anterior post de porridge, podéis cocer la avena en el momento o, si sois más perezosos o tenéis menos tiempo, podéis prepararla con antelación (overnight oats) y conservarla en la nevera. Si lo preparáis un domingo, bien guardada en un recipiente hermético, puede durar hasta 5 días, por lo que tendremos asegurado un desayuno saludable y delicioso listo de lunes a viernes. ¡No habrá excusas para no desayunar!
¿Desayuno completo, sano y nutritivo? ¡Yo me apunto! El porridge de hoy lo prepararemos con leche vegetal y lo aromatizaremos con medio plátano. Como toppings usaremos pera caramelizada, almendra laminada, semillas de chia y chocolate negro.
Enjoy ?
Tiempo total: 15 min
Raciones: 1 persona
Dificultad: Baja
Ingredientes:
- 30 gr copos de avena
- 250 ml leche almendra (u otra bebida vegetal o agua)
- 1/2 plátano
- 1 cdita de canela
- 1/2 cdita miel / sirope (al gusto, incluso nada)
- Toppings:
- 1 pera carameliada
- 1 cda semillas chia
- 1 cda almendra laminada (al natural)
- 2 onzas chocolate negro (mínimo 80% cacao)
Elaboración:
Paso 1:
Pondremos en un cazo la avena, la bebida, el medio plátano chafado (tipo puré) y el endulzante que escojamos, que es totalmente opcional. Yo usé la canela y la miel. Lo llevamos a fuego medio-alto y lo vamos removiendo de vez en cuando para que no se pegue o se seque la superficie.
Cuando la avena se ha hidratado/cocinado y ha espesado, y veamos que el plátano se ha «derretido» e integrado con la avena, lo retiraremos del fuego y lo serviremos en un plato hondo. Puede tardar entre 6 y 10 min, según la consistencia deseada. A mi personalmente me gusta espesito, pero eso va a gustos.
Paso 2:
En este punto, yo personalmente dejo que se enfríe 5 min, porque no me gusta que esté demasiado caliente al echar los toppings. En este caso lo serviremos con cubos de pera caramelizados (simplemente debéis cocer la pera con 1 cda de mantequilla y otra de panela o azúcar hasta que se dore y cuezan), una cucharada de semillas de chia y otra de almendras laminadas (también podéis usar avellanas, nueces o cualquier fruto seco). El toque final se lo daremos con el chocolate negro, que si lo ponéis cuando aún está un poco caliente, se derretirá un poco y será una delicia en boca.
¡Así de fácil! Un chute de energía perfecto para vuestras mañanas.
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