Si me seguís desde hace un tiempo, sabréis que me encanta la granola y que siempre tengo un bote de granola casera en casa para acompañar yogures o fruta. Siempre le echo un montón de especies, especialmente canela y eso a mi marido no le acaba de gustar porque no soporta la canela, ya puede llevar 1/4 de cucharadita por una bandeja entera, ¡que la nota! ? Así pues pensé en hacerle una versión que no llevara canela y que, además, incluyera chocolate porque le encanta. El no es nada de dulce, pero sí que le tienta mucho una galleta con una onza de chocolate.
Así pues surgió esta versión de granola, que además es sana y queda muy crujiente. Además, cuando la pones en el yogur como que el chocolate se derrite un poco y lo chocolatea todo. ¡Mmmmm riquísimo!
Esta receta es perfecta para ahorrar tiempo en las mañanas. Ahora que ya ha empezado un nuevo curso, la temida «vuelta al cole», es un buen momento para volver o empezar buenos hábitos. Y uno de ellos es la planificación en tus menús semanales para evitar comer mal y de forma no equilibrada. Podéis preparar una gran fuente de granola (ya que dura hasta 2 semanas) y, por muy poco tiempo que tengáis, como ya la tendréis lista solamente habrá que añadirle yogur, fruta de temporada o leche, así como los toppings deseados. ¡Así de fácil! También es muy fácil de «llevar», podéis ponerla en un tupper y coger un yogur y comerlo en el trabajo.
Si no has hecho nunca has hecho granola, ¡hoy ha llegado el día! Las granolas casera son más saludables y económicas que las compradas, además de que se pueden personalizar al gusto. ¿Qué necesitarás? Solo un bol grande donde mezclar tus ingredientes y ganas de cocinar.
Tiempo total: 45 min
Raciones: 1 tarro grande
Dificultad: Baja
Ingredientes:
- 300 gr copos avena
- 50 gr nueces
- 50 gr avellanas
- 50 gr coco laminado
- 30 gr semillas (al gusto, puede ser de girasol, calabaza, lino…)
- 4 cdas semillas de chia
- 1 pizca sal
- 4 o 5 cdas cacao puro en polvo
- 160 ml sirope de agave (o mezclarlo con mitad de sirope y mitad de miel)
- 125 ml aceite de coco (o aove)
- 1/2 cdita jengibre (podéis echarle más especies como canela, cardamomo, nuez moscada,… ¡al gusto!)
- 70 gr chocolate negro (80% cacao mínimo)
Elaboración:
Paso 1:
Empezaremos pre-calentando el horno a 165ºC. La temperatura es importante a la hora de cocinar granola. El horno no debe estar demasiado fuerte. Aprovecharemos también para preparar una bandeja de horno con papel vegetal y lo reservaremos.
Paso 2:
En un cazo, a fuego bajo, mezclaremos el sirope de agave (o miel) con el aceite de coco. Lo justo para que se derritan bien y se integren. Apagaremos el fuego, añadiremos las especies elegidas, mezclaremos y lo pasaremos a un vaso o bol para que enfríe.
Paso 3:
En un bol pondremos los copos de avena, las nueces (que trocearemos), las avellanas, el coco laminado y las semillas de chia y de calabaza, que son las que escogí yo para esta receta. Mezclaremos muy bien y cuando esté combinado agregaremos la pizca de sal y el cacao. Removeremos de nuevo asegurándonos que se reparte todo de forma uniforme. Después, recuperaremos los líquidos que teníamos enfriando y, cuando ya no esté caliente, lo verteremos sobre los secos. Mezclaremos unos minutos para que todo quede buen impregnado de los líquidos. Este es otro truco para la granola, siempre mezclar los líquidos por un lado y los secos por otro.
Entonces lo esparciremos por la bandeja de horno que teníamos forrada y reservada, asegurándonos que se reparte de forma uniforme por toda la superficie.
No debemos tener una capa gruesa, la granola debe tener espacio para que quede crujiente. Sino nos quedará un pegote húmedo poco agradable. Si es necesario podéis partirlo en 2 bandejas. Y un truco, si queréis los típicos «montoncitos» crujientes, aplanadlo bien con la espátula.
Paso 4:
Finalmente la hornearemos. Lo primero a tener en cuenta es la temperatura, como os comentaba arriba, pero también hay que estar muy atentos a que no se queme, porque es muy fácil que pueda pasar. Para ello la iremos controlando. En total la hornearemos unos 30 o 40 min. Pasados los primeros 15 min, sacaremos la bandeja y con una espátula o cuchara le intentaremos dar la vuelta para que la parte de abajo quede arriba. No tiene que ser perfecto, la idea es mezclarlo para homogeneizar el horneado. Lo volveremos a meter al horno otros 15 min y volveremos a sacarlo y mezclar. A partir de aquí os recomiendo poneros una alarma e ir revisando cada 5 min, porque es ese momento en que en un abrir y cerrar de ojos pasa de tener un tostado rico a quemado e incomestible. También tened en cuenta que las semillas suelen tostarse antes que los frutos secos, no os asustéis si pasa eso, tampoco la dejéis cruda.
Paso 5:
Al sacarla del horno la dejaremos en la misma bandeja para que enfríe por completo. Puede tardar, pero no os preocupéis. También es en este momento donde empieza a endurecer y volverse crujiente, ya que al sacarla del horno aún está blanca (pero dorada). Cuando esté completamente fría añadiremos el chocolate. ¿Ya os habíais olvidado? Trocearemos al gusto la tableta y lo repartiremos por toda la granola. Podemos mezclarlo con las manos o una cuchara. A veces yo lo que hago es poner 1/3 parte del chocolate cuando aún está la granola tibia, para que se derrita un poco y tenga varias texturas, ufff está riquísimo.
Cuando esté completamente frío entonces lo pasaremos al tarro de cristal hermético, donde si está bien cerrado y en un lugar seco os aguantará sin problema 2 semanas. Pero sobretodo que esté fría antes de ponerla, para mantener el crujiente.
Y así de fácil es preparar esta delicia, muy versátil y que podéis consumir en variedad de desayunos, meriendas o snacks. Y si tenéis hijos, ¡la devorarán!
¡Hasta la próxima!