Estoy segura de que todos sabréis qué es un coulant, pero si hay alguien despistado por ahí…. os cuento que el coulant es un postre dedicado a los adictos al chocolate ya que se trata de un bizcocho de chocolate con un corazón de chocolate fundido, popularizado y patentado en 1981 por el chef francés Michel Bras, creador de una filosofía alrededor de la gastronomía contemporánea. Al cortarlo, brota el chocolate cremoso (aunque puede rellenarse de otros sabores), que contrasta perfectamente con la parte exterior más abizcochada. SI se combina con una bola de helado, el resultado ya es de lo más top!! Solo de escribirlo se me hace la boca agua.
Es una receta rápida de preparar, muy atractiva y deliciosa. En casa es uno de los postres estrella y que encantan a todos. No tiene ningún secreto ni complicación, pero sí que hay que poner atención para encontrar el punto exacto de horno para que el centro no cuaje. Ya sabéis que siempre intento daros truquitos para que os salga genial. Así que seguid leyendo que en la elaboración os cuento todos los detalles.
Os recomiendo usar moldes de silicona o aluminio. Los primeros son muy cómodos porque son aptos para todo: horno, congelador, lavavajillas,… Y los segundos desmoldan genial y os olvidáis de cualquier engorro. La clave también está en crear una «capa protectora» con un pelín de mantequilla y cacao puro. No solo ayuda a que el desmoldado sea mucho más sencillo, sino que además le añade una capa extra de chocolate que está para morirse.
También os recomiendo usar ingredientes de calidad. No lleva muchos, así que no será muy difícil. Al menos apostad por usar un buen chocolate negro (mínimo de 80% de cacao). Pensad que es un postre 100% chocolate, es decir no es un complemento, por lo que debemos asegurarnos que sea bueno, es la clave de la receta!
Si sois choco lovers no dudéis en hacer clic ya de ya en este enlace del blog para ver un montón de recetas con chocolate. Desde donuts saludables bañados, helados de chocolate blanco y crema de cacahuete, diversidad de tartas de chocolate, bebidas varias, galletas,…
Ah! Y en mi Instagram también tenéis un vídeo con el proceso. ¡Más fácil imposible!
Tiempo total: 30 min + 2h congelador
Raciones: 8 coulants pequeños o 5 grandes
Dificultad: Baja
Ingredientes:
- 200 gr chocolate negro de calidad
- 150 gr mantequilla
- 2 huevos a temperatura ambiente
- 120 gr azúcar blanco
- 1 cdita extracto vainilla
- 1 pizca sal
- 80 gr harina de trigo
- Cacao y mantequilla para engrasar
- Azúcar glas para decorar (opcional)
**Nota: si usáis los moldes típicos de flan (de unos 7 cm de diámetro) os saldrán unos 8 coulants. Si usáis moldes tipo para tartaletas pero más altos y grandes (de unos 10-12 cm de diámetro) os saldrán unos 5 coulants.
Elaboración:
Paso 1:
Empezaremos derritiendo el chocolate y la mantequilla al baño maría o en el microondas en tandas de 15 seg, removiendo entre tandas para evitar que el chocolate se queme. Cuando esté derretido, lo dejaremos templar a temperatura ambiente mientras seguimos con la receta.
Paso 2:
En un bol grande cascaremos los huevos y los batiremos con unas varillas de mano un par de minutos. Simplemente queremos que estén batidos, no necesitamos ni que espumen ni que blanqueen. Agregaremos entonces el azúcar y el extracto de vainilla y mezclaremos otros 2 minutos hasta combinar los ingredientes.
Paso 3:
Cuando se haya templado un poco el chocolate, lo verteremos sobre el bol anterior en forma de lágrima, con un chorro fino, y sin dejar de batir la mezcla para evitar que el huevo se cueza. Luego seguiremos un par de minutos más para acabar de enfriar el chocolate.
Paso 4:
Tamizaremos la harina sobre la mezcla anterior y cuando la tengamos a medio integrar verteremos la pizca de sal y seguiremos batiendo un par de minutos hasta no ver restos de harina. Ya tendremos la masa lista.
Paso 5:
Ahora pasaremos a preparar los moldes. Podéis engrasarlos con spray antiadherente o incluso aceite, pero la idea que os propongo es infalible para desmoldarlos y además le dan un toque extra a chocolate increíble. Lo que haremos es lo siguiente: cogeremos un pellizco de mantequilla y con los dedos engrasaremos bien todas las paredes del molde. Verteremos 1 cucharada de cacao puro en polvo y con golpecitos y movimientos iremos cubriendo todo el molde. El cacao se irá enganchando con la mantequilla y nos quedará el molde cubierto, volcaremos para eliminar el exceso de cacao y listo. Repetir con todos los moldes.
Paso 6:
Llenaremos los moldes 2/3 partes de su capacidad, los taparemos con papel film y los llevaremos al congelador 2 horas. En este punto ya los podremos hornear, os lo explico más abajo, pero también os comento que si están bien tapados los podemos mantener así hasta 1 mes y sacarlos a medida que queramos ir consumiéndolos.
Paso 7:
Pasadas las 2 horas, sacaremos los coulants y los dejaremos descongelar 10 o 15 min. Mientras pre-calentaremos el horno a 200ºC. Después los introduciremos al horno entre 15 o 20 min o hasta que veamos que se ha empezado a formar la capa superior y salen algunas grietas, entonces los sacaremos porque queremos que queden jugosos y algo derretidos por dentro. Como cada horno es un mundo, el mejor truco es hornear uno de los coulants y probar su consistencia, y en base a ese ajustar el tiempo de los demás. También dependerá del tamaño de vuestro molde y de la consistencia que queráis (más o menos cocidos).
Paso 8:
Al sacarlos del horno los dejaremos enfriar sobre una rejilla unos 15 min y veremos como se comprimen un poquito. Con la ayuda de un cuchillo o una espátula separaremos el bizcocho de los bordes del molde y lo volcaremos sobre el plato en el que lo vayamos a servir. Lo comeremos caliente o tibio, ideal para el contraste del bizcocho cocinado y el interior derretido.
Lo podemos espolvorear de azúcar glas o acompañar de fruta o una bola de helado, la combinación de frío y caliente es espectacular.
Podemos conservarlos en la nevera unos 5 días y os recomiendo calentarlos unos 30 seg en el microondas antes de comerlos para que vuelva a derretirse la parte interior.
¡A disfrutar!