¿A quién no le gusta navegar por Instagram o Pinterest en busca de fotos de comida deliciosas? Así fue como me topé con esta receta y me morí de ganas de probarla. Desde que mi mejor amiga se mudó a Alemania, muy cerca de Suiza, cada vez visito más este país y sus delicias culinarias y de sus alrededores. Recordaba haber probado algo parecido en una de mis visitas, así que le pedí ayuda para traducir la receta y con un poco de innovación por mi parte, logramos esta delicia.
El Zopfbrot es básicamente una especie de brioche o pan de molde suizo en forma de trenza, aunque muy utilizado también en Alemania, y que en este caso he optado por darle un toque dulce con un relleno de mermelada, canela y pasas, así como una forma algo diferente. Este tipo de pan tiene una miga esponjosa y suave, pero con una crosta crujiente. Una opción perfecta para un desayuno o merienda otoñal.
Tiempo total: 60 min + tiempo de levado de la masa (2h aproximadamente)
Raciones: 1 molde rectangular de plum cake, 24 cm (aproximadamente)
Dificultad: Media
Ingredientes:
- 250 ml leche de almendra
- 1/2 cubo de levadura fresca (13 gr aproximadamente)
- 75 gr panela
- 500 gr harina de trigo
- 125 gr mantequilla a temperatura ambiente
- 1 pizca sal
- Mermelada de frambuesa para rellenar (o al gusto)
- Canela y pasas para rellenar (opcional)
Elaboración:
Paso 1:
Empezaremos calentando la leche, sin que llegue a hervir. Solo debe estar tibia. La verteremos en un bol en el que tengamos la panela y la levadura desmenuzada. Removeremos bien y enérgicamente hasta que consigamos que ambos ingredientes se disuelvan.
Paso 2:
En un bol grande o en un bol batidor para amasar, verteremos toda la harina y la sal y mezclaremos. Después añadiremos la harina y los líquidos del punto anterior. Amasaremos a mano o con el robot durante unos 8 o 10 minutos, hasta conseguir una masa bien integrada y homogénea, que no se pega a las manos. La pondremos en un bol grande, lo taparemos y dejaremos que leve entre 1 y 2 horas, hasta que al menos duplique su tamaño.
Paso 3:
Pasado el tiempo de levado, trasladaremos la masa a la superficie de trabajo enharinada y la estiraremos con un rodillo dándole una forma rectangular de un grosor de 1 o 2 cm. Pintaremos toda la masa con mermelada, dejando 2 cm en uno de los laterales para poder pegar la masa. Si lo deseamos podemos espolvorear un poco de canela y repartir algunas pasas por toda la superficie. Entonces enrollaremos la masa hacia el lado no pintado y juntaremos el cilindro pellizcando la masa.
Paso 4:
Cortaremos rodajas de unos 3 o 4 cm de ancho y las iremos colocando en el molde de dos en dos. Es decir, colocaremos dos rebanadas una al lado de la otra, en la misma dirección. A continuación colocaremos otras dos y así sucesivamente hasta rellenar todo el molde. Taparemos el molde con un trapo y dejaremos que leve alrededor de media hora, mientras también pre-calentamos el horno a 200ºC.
Paso 5:
Cuando la masa rellena haya levado un poco, la llevaremos al horno durante unos 30 o 40 minutos. El tiempo variará según el horno, solo debemos controlar que no quede crudo por dentro, pinchándolo por el centro hasta que el palillo salga limpio. Si vemos que se dora demasiado por la parte superior, pero todavía no está cocido, podemos poner una bandeja en la parte superior del horno para que no le llegue el calor tan directamente.
Tras sacarlo del horno lo pondremos a enfriar en una rejilla. Cuando todavía esté caliente, podemos pintarlo con un poco de mermelada y espolvorear un poco de panela, para darle un toque jugoso y dulzón.
Pasados unos 15 o 20 min, sin quemarnos, sacaremos el brioche del molde y lo dejaremos enfriar por completo en una rejilla. ¡Y listos! Un dulce muy esponjoso pero crujiente por fuera, con un sabor delicioso a mermelada.