El risotto es un plato que en casa nunca falta, pero siempre hemos optado por versiones más tradicionales, con setas o nueces. Cuando descubrí esta opción de risotto veggie y saludable de The Fussy Eaters no dudé en probarlo porque tenía pintaza. Y no me equivoqué, ¡el resultado es exquisito!
Aunque no le haré el feo a mi amado risotto tradicional de champiñones, especialmente por la vena italiana que llevo dentro ?? (para los que no lo sepáis, mi educación ha sido en un colegio italiano y vivo rodeada de italianos ?), reconozco que la mantequilla que se le añade es un ingrediente que me cuesta digerir y que preferiría eliminar de la receta. Y lo mismo pasa cuando vas a cualquier restaurante, ¡nunca sabes lo que le pondrán! Con esta receta veréis como con las verduras adecuadas y el parmesano, ¡que no falte!, se consigue esa cremosidad tan típica de este plato.
Y podéis usar las verduras que más os gusten, la versión con calabaza también os prometo que está de rechupete. ¿Os animáis con la receta? ¡Es muy fácil y deliciosa!
Tiempo total: 60 min
Raciones: 2 personas
Dificultad: Fácil
Ingredientes:
- 180 gr arroz
- 800 ml caldo de verduras
- 1/2 cebolla o 1 pequeña
- 120 gr guisantes (sin vaina)
- 300 gr espárragos verdes
- 100 gr parmesano rallado
Elaboración:
Paso 1:
Empezaremos preparando y cortando todas las verduras. Picaremos la cebolla en cubitos muy pequeños. Desenvainaremos los guisantes (si ya vienen sin vaina perfecto y si son congelados los cocinaremos unos 5 min). Retiraremos el tallo duro de los espárragos y los cortaremos un trocitos uniformes. En una sartén con un chorrito de aceite pondremos a dorar la cebolla, agregando de vez en cuando un poco de agua para que se poche ligeramente y no se queme. Taparemos hasta que esté casi cocida. En este punto, bajaremos un poco el fuego, a media potencia, y agregaremos los guisantes y los espárragos (reservando unas puntas para el emplatado final, que saltearemos, pero es algo opcional), corrigiendo de sal y agua para su perfecta cocción.
Paso 2:
En un cazo u olla a parte, pondremos el caldo a calentar, a fuego bajo, de manera que no rompa a hervir. Lo taparemos para evitar perder demasiado caldo.
Paso 3:
Cuando las verduras ya estén tiernas, añadiremos el arroz. Si vemos que no nos cabe en la misma sartén, podemos pasarlo a una olla más grande. Removeremos bien toda la mezcla, para que el arroz empiece a coger los sabores del sofrito. Tras 1 o 2 min, agregaremos un par de cazos de caldo (ya caliente) y removeremos con cuidado para no romper el arroz, pero evitando que no se pegue. Es importante ir removiendo de forma constante, es un plato sensible. Cuando los cazos de caldo se hayan absorbido, agregaremos más hasta que el arroz esté cocido. Cuando estemos cerca del punto de cocción del arroz, tendremos que controlar mucho el caldo que vertemos, pues no queremos que nos quede caldoso. Iremos añadiendo lo justo hasta conseguir el punto perfecto: el arroz está listo cuando al cortar los granos no se ve el puntito blanco en el centro y probándolo no está duro, pero sí consistente, al dente.
Paso 4:
Cuando consigamos la textura deseada, retiraremos la sartén u olla del fuego y agregaremos el parmesano. De seguida removeremos, suavemente, hasta que se reparta por todo el plato, consiguiente un arroz cremoso.
Mi consejo es que lo sirváis de inmediato, pues es un plato que fácilmente se apelmaza y se reseca. Podéis presentarlo con unas láminas de parmesano y las puntitas de espárragos que habíamos reservado y salteado.
No tiene nada que envidiarle a la receta tradicional, ¿no creéis? ?