Los profiteroles son unos pequeños bocados dulces hechos con una masa que llamada pasta choux y que tiene la característica de quedarse hueca durante el horneado. Los profiteroles clásicos están rellenos de nata y rociados con chocolate, son un postre delicioso muy tradicional y que fácilmente puedes encontrar en restaurantes o celebraciones. Siempre había pensado que era una receta muy difícil y cuando me animé a prepararla me sorprendí de lo fáciles que son de hacer. Me recuerdan tanto a mi infancia, que cada bocado me sabía a recuerdos.
Tiempo total: 50 min
Raciones: 16 profiteroles
Dificultad: Baja
Ingredientes:
- 110 gr harina trigo
- 3 huevos
- 180 ml agua
- 75 gr mantequilla
- 10 gr azúcar blanco
- 1 pizca sal
- Nata para montar y azúcar al gusto para el relleno
Elaboración:
Paso 1:
Esta receta es muy sencilla porque sencillamente es mezclar, dejar que los ingredientes desarrollen sus propiedades y hacer formas. Así pues, pondremos en un caso el agua, el azúcar, la sal y la mantequilla. Lo llevaremos al fuego medio-alto y removeremos hasta que empiece a hervir y esté la mantequilla derretida. En este punto de hervor y cuando veamos que burbujea, bajaremos el fuego al mínimo y verteremos la harina. De seguida removeremos, idealmente con una espátula, y veremos como en 1 o 2 min la mezcla se «solidifica» y empieza a despegarse de las paredes y la base del cazo, volviéndose más elástica. En este punto, revisamos que no haya restos de harina y apagamos el fuego.
Paso 2:
Pondremos la masa en un bol amasador y con la pala lo removeremos un par de minutos para que pierda un poco de temperatura. Mientras, batimos los 3 huevos en un bol a parte y cuando se haya atemperado la mezcla los agregaremos en 3 partes iguales, esperando que se integre la primera antes de continuar. Seguiremos batiendo a velocidad media un par de minutos más y cuando veamos que tenemos una masa ligera, brillante y elástica, la tendremos lista para seguir.
Paso 3:
Trasladaremos la masa a una manga pastelera con una boquilla redonda lisa de 14 mm de diámetro. A parte prepararemos una bandeja apta para horno antiadherente o con papel vegetal en la que formaremos los profiteroles. Colocaremos la manga en posición vertical y presionaremos para hacer una especie de montañita, intentando mantener la manga recta en el centro. Debemos intentar que todos tengan la misma medida para que en el mismo tiempo de horneado se cocinen todos uniformemente. Cuando hayamos formado todos los profiteroles, si vemos que nos han quedado pequeños picos, nos humedeceremos el dedo y daremos unos golpecitos para alisar la superficie.
Paso 4:
Llevaremos la bandeja al horno, pre-calentado a 180ºC, unos 25-30 min o hasta que veamos que están bien dorados. Pasado el tiempo de horneado, los dejaremos enfriar por completo en la misma bandeja.
Paso 5:
Cuando ya estén bien fríos, prepararemos la nata montada. Para ello, sencillamente tenemos que batir la nata con unas varillas eléctricas hasta que forme picos suaves, agregando a la mitad del batido el azúcar hasta conseguir el dulzor deseado. Pondremos la nata en una manda pastelera y la reservaremos en la nevera mientras cortamos los profiteroles. Como dicho, tendremos que hacer pequeños cortes en el centro de cada profiterol para poder insertar la nata en el hueco interior (no os preocupéis cuando veáis que están huecos por dentro, ¡así es como deben de quedar!?).
Una vez hayamos rellenado todos los profiteroles, los conservaremos en la nevera. A la hora de servirlos, si lo deseamos, podemos derretir un poco de chocolate y verterlo por encima aún caliente. El contraste entre frío y caliente está de muerte.
Es un clásico que no puede faltar en vuestro libro de recetas. Es una idea muy sencilla y rápida y que podéis preparar para cualquier ocasión.
¡A disfrutar!