¿Cuántas veces habéis visto esta tarta de crema con fruta en pastelerías? Lo sé, ¡muchísimas! Finalmente me he atrevido a probar de hacerla en casa y no os podéis imaginar lo fácil que es y lo satisfactorio que es el resultado. Hoy os traigo mi versión de este clásico de la repostería, que podéis adaptar con las frutas que más os gusten o de temporada. Os prometo que vais a ser la envidia de la próxima comida a la que vayáis y que todos os pedirán la receta.
Vamos a preparar la crema pastelera casera, veréis qué fácil que es de preparar. Y además es muy versátil, la podéis usar para variedad de postres y elaboraciones. Soy muy fan de las cremas caseras, ya sabéis que la crema catalana, las natillas o los flanes son algo que nunca falta en casa. También tenéis en el blog una versión de flan vegano (delicioso!!) y una crema volteada, que es una especie de pudding-flan ideal para las fiestas navideñas. No le tengáis miedo a la crema pastelera, con los pasos que os indico abajo veréis que será súper fácil prepararla y el resultado os quedará increíblemente delicioso. ¡Yo no podía parar de comerla a cucharadas!
En la receta de hoy usaré una lámina de hojaldre comprado, pero en la receta de los Croissants de chocolate os enseño cómo preparar hojaldre casero (sí, sé que es un reto, pero por si alguien se anima os dejo la receta linkada). Y en el post del Pumpkin Pie os enseño una masa que es un entremedio entre un hojaldre y una masa brisa, que también le iría genial a esta tarta.
¡A por la receta!
Tiempo total: 45 min + Enfriado de la crema pastelera
Raciones: 1 tarta
Dificultad: Baja
Ingredientes:
- 1 lámina de hojaldre rectangular
- 3 yemas de huevo a temperatura ambiente
- 300 ml leche a temperatura ambiente
- 30 gr Maicena
- 60 gr azúcar blanco
- 1 cdta extracto vainilla
- Frutas al gusto (yo le puse plátano, fresas, higos, kiwi y frambuesas)
- Mermelada de albaricoque para pintar
- Reservar las claras de los huevos para pintar
Elaboración:
Paso 1:
Empezaremos preparando la crema pastelera para que se enfríe mientras preparamos el resto de elaboraciones. Para ello, separaremos las claras de las yemas, reservando estas últimas para más adelante. Si queréis, podéis preparar la crema el día de antes y conservarla en la nevera una vez fría hasta que la vayáis a usar.
Pondremos las yemas en un bol un poco grande y las batiremos con unas varillas eléctricas un par de minutos (se puede hacer a mano, pero os costará más). Después le agregaremos el azúcar y seguiremos batiendo unos 5 min más hasta que las yemas blanqueen y aumenten su tamaño. Deben tener una consistencia algo densa. Sacaremos 3 cucharadas de leche de los 300 ml medidos y los mezclaremos con la Maicena, para diluirla. Después agregaremos la Maicena diluida a las yemas, batiendo unos segundos hasta integrar. Finalmente agregaremos el resto de leche y el extracto de vainilla y batiremos hasta tener una masa homogénea.
Paso 2:
Cuando tengamos la masa a punto, la pondremos en un cazo que no se pegue a fuego medio-bajo. No dejaremos de remover y veremos como poco a poco irá espesando. Cuando tenga consistencia de crema y podamos ver el fondo del cazo al remover, sabremos que está lista. La llevaremos a un bol y la taparemos a piel con papel film. Dejaremos que enfríe a temperatura ambiente.
Paso 3:
Una vez la crema esté fría, seguiremos con la receta.
Para ello, desenrollaremos la lámina de hojaldre sobre la mesa de trabajo y la estiraremos un poco con un rodillo. Después crearemos las dobleces de los laterales para «levantar» los bordes y que nos quede una especie de «hueco» en el centro para poder rellenarla. Para ello empezaremos por los laterales más largos. Doblaremos hacia el interior el borde, con una anchura máxima de 1 cm y pintando la parte inferior con un poco de las claras que teníamos reservadas, para que se pegue bien. Pintaremos también la parte superior y volveremos a doblar hacia el interior y presionaremos un poco para que se quede bien enganchado. Repetiremos en el otro lateral y después seguiremos con los bordes cortos.
Veréis que os queda como una «montañita» en las esquinas, no pasa nada, quedará genial una vez horneado, le dará estilo a la tarta. Lo que sí debemos asegurarnos de presionar bien para que se pegue todo. Pintaremos con las claras los bordes (no la base).
Paso 4:
Pincharemos la base, pero no los bordes que hemos doblado, pues nos interesa que suban durante el horneado. Cubriremos la base con papel vegetal o de aluminio y encima pondremos legumbres o similar para que hagan peso y no suba durante el horneado.
Lo llevaremos al horno, pre-calentado a 180ºC, durante unos 20 min o hasta que veamos que los bordes empiezan a dorarse. Retiraremos el papel vegetal con el peso y dejaremos unos minutos más el hojaldre en el horno para que se dore la base. Después lo sacaremos y lo dejaremos enfriar del todo en la misma bandeja.
Paso 5:
Cuando la base de hojaldre haya enfriado, será el momento de montar la tarta.
Empezaremos preparando las frutas, cortándolas muy finitas e intentando que todas tengan el mismo tamaño. Cuando tengamos la mise en place de frutas preparada, rellenaremos la base de la tarta con la crema hasta llegar a los bordes. Encima colocaremos de forma ordenada y uniforme las frutas, asegurándonos que no quedan huecos y que no se vea la crema.
Paso 6:
Una vez tengamos la tarta montada, pintaremos con mucho cuidado todas las frutas y bordes. Para ello diluiremos 2 cucharaditas de mermelada de albaricoque con un poco de agua y repasaremos toda la superficie de la tarta para darle ese tono brillante y dulzor.
Os recomiendo llevarla a la nevera unas horas antes de comerla, pero también podríais disfrutarla recién hecha.