¡La tarta de las tartas! Las leyendas cuentan que la receta original es como la fórmula de la Coca-Cola, imposible de reproducir, ¿pero por qué no probarlo? Muchos han asegurado tener un ejemplar de dicha receta y después de mucha búsqueda creo que he encontrado la receta más extendida entre los pasteleros del mundo.
Seguramente esta tarta Sacher no será como la del Hotel Sacher, pero sí que llevará sus componentes: un bizcocho muy esponjoso y suave, relleno de mermelada de albaricoque y recubierta por una capa de trufa de chocolate y un glaseado con más chocolate. No os voy a engañar, no es la tarta más sencilla, y le tenía mucho respecto, pero con paciencia todo acaba saliendo. De hecho, os he dejado unos stories destacados de cuando preparaba la receta, espero que así no queden dudas.
La verdad que en casa nos encanta preparar las tartas de los cumples y pensar en qué es lo que más le gusta al cumpleañero/a y sorprenderle con un recetón. En esta ocasión preparé esta tarta tan chocolateada porque era para mi abuelo, suuuper adicto al chocolate, pero en el blog tenéis un montón de otras recetas de tartas, por si queréis ideas. Aquí os dejo el enlace directo, no os lo perdáis!!
Antes de entrar al detalle de la receta, me gustaría explicaros un poco los tiempos de elaboración. Cada una de las partes de la tarta necesita unos tiempos de elaboración y reposo, que son fundamentales para que salga bien. Es muy importante que los respetéis y sobretodo que lo tengáis en cuenta a la hora de prepararla. Vais a necesitar casi 2 días para elaborarla, os cuento:
- Lo primero que tenemos que hacer es la trufa, muy sencilla de hacer, pero debe enfriar a temperatura ambiente y luego estar un mínimo de 8h en la nevera (o de un día para otro). Así que aquí ya tenéis que contar 1 día de trabajo.
- La elaboración del bizcocho es algo lenta si queremos que nos quede bien esponjoso y hay que contar el tiempo de cocción, el de enfriarse a temperatura ambiente por completo y luego 1 hora extra de congelador.
- Tras enfriar el bizcocho, habrá que cubrirlo con la trufa y dejarlo un mínimo de 4 horas en el congelador o hasta el día siguiente, por lo que aquí sumamos casi 1 día entero más.
- Finalmente habrá que recubrirlo con el chocolate, que debe atemperar y secarse, para finalmente llevar toda la tarta a la nevera unas horas para que esté bien fría a la hora de comerla.
- Una vez tengáis claros los tiempos, ¡solo os queda poneros! Por si os sirve de referencia, yo preparé la trufa el jueves por la noche y la dejé hasta el viernes por la noche en la nevera. El bizcocho lo hice la tarde del viernes y lo cubrí con trufa por la noche. Dejé la tarta en el congelador hasta la mañana del sábado, cuando lo recubrí con el chocolate. Lo servimos el sábado después de comer.
Pero no nos alarguemos más, ¡manos a la masa!
Tiempo total: 60 min + enfriado
Raciones: 1 tarta
Dificultad: Media
Ingredientes:
- Para el bizcocho:
- 6 huevos L (a temperatura ambiente)
- 1 pizca sal
- 200 gr azúcar
- 120 gr chocolate negro (mínimo 70% cacao)
- 120 gr mantequilla (a temperatura ambiente)
- 120 gr harina de trigo
- Mermelada de albaricoque
- Para la trufa:
- 180 gr chocolate negro (mínimo 70% cacao)
- 30 gr azúcar
- 300 ml nata para montar
- Para la cobertura:
- 300 gr chocolate negro (mínimo 70% cacao)
- 200 gr mantequilla (a temperatura ambiente)
Elaboración:
Paso 1:
Como os comentaba, empezaremos elaborando la trufa. Para ello pondremos la nata en un cazo a fuego medio. Cuando empiece a hervir lo retiraremos del fuego y le agregaremos el azúcar. Removeremos para disolverlo y añadiremos de seguida el chocolate para que con el mismo calor de la nata se disuelva. Seguiremos mezclando hasta que se derrita por completo. Aún caliente, taparemos a piel con papel film y lo dejaremos enfriar a temperatura ambiente. Después lo llevaremos a la nevera un mínimo de 8h o hasta el día siguiente.
Más adelante, tras la elaboración del bizcocho, os detallaré cómo montar esta trufa para recubrir la tarta.
Paso 2:
Empezaremos separando las claras de las yemas. Reservaremos las yemas. Las claras las colocaremos en un bol grande, junto a la pizca de sal y las empezaremos a montar con unas varillas eléctricas. Pasamos unos 5 min o hasta que veamos que están medio montadas, agregaremos la mitad del azúcar y seguiremos batiendo hasta que monten por completo. Debemos conseguir que formen picos firmes y si ponemos el bol boca abajo no caiga. Las reservaremos.
Paso 3:
Derretiremos el chocolate al baño maría o en tandas de 15 seg en el microondas removiendo entre tiempos (para evitar que se queme). Cuando lo hayamos disuelto del todo, agregaremos la mantequilla en cubitos y removeremos enérgicamente hasta que se derrita con el mismo calor del chocolate. Si veis que no se os derrite, podéis llevarlo unos segundos al microondas, pero sin excedernos porque no nos interesa una masa completamente líquida, sino que tenga cuerpo. Lo reservaremos.
Paso 4:
En otro bol batiremos las yemas junto a la otra mitad del azúcar hasta que blanqueen y aumenten su tamaño. Cuando hayamos conseguido una consistencia cremosa, recuperaremos las otras elaboraciones y la harina. Estos serán nuestros 4 pilares para el bizcocho.
Paso 5:
Primero de todo verteremos el chocolate sobre las yemas y con movimientos envolventes y suaves vamos integrando las dos masas. Debemos tener paciencia y asegurarnos que se homogeneizan ambas texturas. Una vez tengamos esta base, agregaremos 2 o 3 cucharadas de las claras montadas y las integraremos de nuevo con movimientos envolventes. La clave de este bizcocho es no perder el aire que hemos conseguido en las 3 elaboraciones y, con ello, el volumen. Debemos integrarlo todo con suavidad y cariño, sin prisas.
Paso 6:
Una vez hemos aligerado un poco la masa con unas cucharadas de claras montadas, agregaremos la mitad de la harina tamizada a la mezcla y, como hemos hecho hasta ahora, removeremos con movimientos envolventes hasta no ver restos. En este punto agregaremos otras 2 o 3 cucharadas de las claras montadas, repitiendo el proceso anterior, para después añadir la otra mitad de la harina tamizada también de forma envolvente. Finalmente iremos agregando el resto de las claras asegurándonos de no perder volumen.
Paso 7:
Cuando tengamos la mezcla lista, forraremos solo la base de un molde que no sea antiadherente, pues no interesa que la masa se «agarre» a las paredes del molde para asegurarnos que sube correctamente y con el volumen que buscamos. Verteremos la masa dentro, alisaremos bien la superficie y daremos unos golpecitos al molde contra la mesa para que quede todo uniforme.
Paso 8:
Lo llevaremos al horno, pre-calentado a 180ºC, durante nos 35-40 min o hasta que le clavemos un palillo y salga limpio. Si pasadas 3/4 partes del horneado vemos que se nos está quemando la superficie, podemos abrir el horno para colocar una bandeja en la parte superior y evitar que el calor le llegue de forma directa al pastel. Pero nunca abráis el horno antes de este periodo de tiempo, ya que entonces cortaremos el proceso de cocción del bizcocho y se nos bajará o agujereará.
Paso 9:
Una vez saquemos el bizcocho del horno lo dejaremos dentro del mismo molde durante unos 10-15 min. Este tiempo servirá para que el bizcocho encoja ligeramente y nos sea más fácil desmoldarlo. Pasado este primer reposo, lo desmoldaremos colocando una rejilla sobre el molde y dándole la vuelta con un movimiento seco. Retiraremos el molde y dejaremos el bizcocho sobre la rejilla hasta que enfríe por completo.
Paso 10:
Una vez el bizcocho esté completamente frío lo rellenaremos y almibararemos. Con la ayuda de una lira o cuchillo afilado, cortaremos la superficie para nivelarlo y dejarlo bien plano. Luego dividiremos en dos (por la mitad) el bizcocho, asegurándonos que nos quede lo más recto posible. Antes de separar las dos mitades, pincharemos dos palillos alineados verticalmente para asegurarnos que cuando las volvamos a unir queden exactamente en el mismo lugar.
Paso 11:
Para asegurarnos que los bizcochos quedan jugosos, los almibararemos. Haremos un almíbar rápido: diluiremos un par de cucharaditas de mermelada en agua bien caliente y pintaremos toda la superficie del bizcocho que pongamos en la base. Luego cubriremos con una buena capa de mermelada, pero sin llegar a los bordes, para que cuando pongamos el otro bizcocho no se nos salga. Taparemos con la otra mitad, haciendo que encajen los palillos, y volveremos a almibarar la superficie. Una vez bien asentado, retiraremos los palillos. Nos lo llevaremos al congelador durante 1 hora, para que la mermelada endurezca y el relleno sea más estable y nos permita recubrir la tarta sin problemas.
Paso 12:
Cuando ya haya pasado la hora de refrigerado del bizcocho, recuperaremos la trufa que teníamos en la nevera y la montaremos con unas varillas eléctricas durante unos 5 min. Debemos conseguir que la nata monte y tome consistencia. Después colocaremos esta trufa en una manga pastelera y recubriremos toda la tarta con esta crema.
Alisaremos con una espátula y lo repartiremos bien y homogéneamente por toda la superficie y laterales. Debemos se pacientes y seguir hasta obtener tarta bien lisa y recta. No tiene porque ser una capa gruesa, pero sí debemos conseguir que quede lo más lisa posible.
Llevaremos de nuevo la tarta al congelador, esta vez durante un mínimo de 4h o hasta el día siguiente.
Paso 13:
Para cuando la tarta ya haya enfriado, prepararemos la cobertura final de chocolate. Para ello derretiremos el chocolate en tandas de 15 seg en el microondas hasta disolverlo del todo. Después le añadiremos la mantequilla en tacos y removeremos enérgicamente hasta que se disuelva. Lo haremos tranquilamente y sin prisa, que se integre poco a poco y que vaya cogiendo brillo gradualmente.
Paso 14:
Cuando tengamos listo el chocolate (debemos conseguir atemperarlo a 37ºC), será el momento de bañar la tarta. Para ello, colocaremos la tarta sobre un molde o recipiente que la eleve y que tenga un diámetro más pequeño que la propia tarta. Debajo colocaremos una bandeja o papel sobre el que pueda caer el chocolate sobrante.
Con cuidado pero decisión, verteremos el chocolate sobre la tarta, cubriéndola bien. Cuando esté toda cubierta, retiraremos con una espátula el exceso de chocolate de la superficie para que nos quede una capa fina.
Paso 15:
Cuando haya endurecido un poco, con la ayuda de un cuchillo, retiraremos el exceso de chocolate de la base, de manera que dejemos la base lisa. Esperaremos que enfríe un poco toda la cobertura y la llevaremos a la nevera. También podríamos servirla directamente, de manera que esté menos fría, pero si hace mucho calor en el ambiente os recomiendo refrigerarla.
Por lo que respecta a la decoración, podemos pegarle placas de chocolate, escribir mensajes, servir con fruta fresca,… En mi caso le añadí una placa de «Felicidades» ya que preparé el pastel para el cumpleaños mi abuelo, la persona más adicta al chocolate del mundo. ¡Se volvió loco!
Aunque a priori pueda parecer una tarta seca al llevar tanto chocolate, veréis como es una tarta muy jugosa, ¡además de riquísima! Y no os preocupéis por la estética, lo importante es el sabor y estoy convencida que os saldrá deliciosa.